Publicada: 12-08-2013
Guardería San Rafael
La Hermana Teresa López
Quispe, peruana de la congregación de las Hijas de San Camilo, es religiosa
desde hace 31 años. Ella nos cuenta cómo llegó a la parroquia del Buen Pastor
a brindar su apostolado en la Guardería San Rafael.
Llegamos a la comunidad del Buen Pastor, en Arequipa, el 23 de
octubre de 1998. Nuestra congregación sigue el espíritu de san Camilo de
atender a los enfermos en clínicas, hospitales y dispensarios, además de
atender a niños de madres trabajadoras, asistimos pacientes a domicilio y cuidamos
ancianitos. Entiendo que antes estaban las Hermanas vicentinas, pero se
retiraron, por lo que el superior provincial de los misioneros combonianos, en aquel tiempo el padre Silvestre, pidió a
nuestra madre general ayudáramos en esta obra. Entonces llegamos tres
religiosas: Mariana, Lucila y yo, pero ahora sólo quedo yo junto con otra
hermana que llegó después.
Nuestra labor principal aquí es la Guardería, es decir, ayudar a las
mamás que trabajan con sus niños, cuando llegué había 58 niños en San Rafael,
después se amplió por la demanda de las personas ya que brindamos un servicio
integral a la población y luego ya no teníamos vacantes. Las mamás dejan a
los pequeños a las siete de la mañana y se los llevan ya alimentados a las
cuatro de la tarde. Al inicio, la mayoría eran mamás solteras que trabajaban.
Hoy, podríamos decir que a todos les hacen falta recursos económicos y ambos
padres tiene la necesidad de trabajar. Entonces traen a los pequeños aquí porque
damos, alimento, cuidado y educación, los demás colegios no dan cuidados ni
alimentos. Lo que se «pelean», sobre todo es el cuidado; antes la gente hacía
fila de tres cuadras; en cierto momento había gente que se formaba para
vender el lugar en la fila, es decir, se formaban desde antes para luego
cobrar el lugar, por lo que recurrimos a otros métodos para las
inscripciones. Éste es un centro que depende de la parroquia, una obra social
que llevan adelante los combonianos con promotores
y bienhechores, por lo que al inicio la cooperación era voluntaria, después
pusimos una cooperación estándar por niño, considerando una rebaja a las mamás
que tienen dos o más hijos. En este momento están dando 35 soles, que
equivalen en México a unos 160 pesos por niño al mes. Ningún colegio normal
cobra eso, ellos cobran más de 80 o 100 soles mensuales.
Este año tenemos 99 niños en San Rafael. Los papás de los niños
vienen a colaborar; este año vinieron a pintar aulas y un papá que es
carpintero arregló las bancas. Los niños son recibidos desde los tres meses
hasta los 5 años, cuando terminan su educación inicial. Desde la primera
promoción, es decir, desde los primeros que cumplieron sus 5 años, hasta
ahorita, van unas 13 promociones. En este momento, ¡una chica de 16 años que me
está apoyando por las mañanas pertenece a la primera promoción!
Sabemos que la familia es la principal escuela, por lo que tratamos
los papás entiendan la parte que les corresponde y para ellos organizamos pláticas
y talleres; enseñamos valores y realizamos actividades significativas para que
las parejas se conozcan, se respeten y sigan creciendo en el amor. Además,
brindamos orientación para que muchos puedan llegar al sacramento del matrimonio,
ya que en ocasiones las parejas tienen muchos problemas.
La formación religiosa es un plus de nuestro centro. Las mamás me
han dicho que desde que su hijo viene a esta Guardería, en casa todos rezan
antes de comer y de dormir, ya que los niños les han enseñado; incluso
algunos mencionan que no comerán si no rezan todos. Eso es muy bonito porque sabemos
que los chiquillos son muy listos, captan todo, y de alguna forma podríamos
decir que siendo tan pequeños llevan la evangelización a casa.
Por: Fernando DE LUCIO
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