Última actualización: Hoy a las 08:00 am   Visitanos también en las redes sociales
 
 

 

 

 

 

 

 

 

P. Jorge Duku, mccj

 

Arequipa, Perú

Content on this page requires a newer version of Adobe Flash Player.

Get Adobe Flash player

Fotos: Jorge Duku y Jorge Decelis

     

Publicada: 07-10-2013

 

De África para América

 

El padre Jorge Duku nació el 9 de abril de 1967 en Torit, Sudán del Sur. Él lleva tres años trabajando en Arequipa, Perú, y ahora nos cuenta sus anécdotas como misionero comboniano.

 

Mi familia es católica y recibió el anuncio de la Buena Nueva de los misioneros combonianos que trabajan en el pueblito donde yo vivía. Ingresé al seminario cuando tenía 23 años de edad y el sacerdote mexicano Jesús Aranda fue mi formador en el postulantado. Mi profesión de votos fue en 1994, y ese mismo año me enviaron a Lima, Perú, a estudiar Teología. Mi ordenación sacerdotal fue el 3 de octubre de 1999 en Juba, capital de Sudán del Sur. Para mi familia y mi comunidad, mi ordenación fue un momento festivo, porque en ese momento mi país estaba en guerra civil y Juba era el centro de movilización de soldados que eran enviados a diferentes lugares, por eso ser ordenado como misionero comboniano trajo esperanza y alegría a mi pueblo.

Mi primer destino misionero fue en mi país de origen. Estuve trabajando 10 años en diferentes diócesis: Jartum, Malakal y Wau. Recuerdo que en Malakal, todavía sin experiencia de trabajo en la parroquia, el obispo me nombró párroco. Así que el vicario y yo tuvimos que iniciar, organizar, acompañar y animar a la comunidad parroquial. Fue difícil, pero con ayuda de todos trabajamos bien.

Posteriormente, me enviaron a México para hacer el Año Comboniano y al terminar fui destinado a Arequipa, Perú, a donde llegué en octubre de 2010.

 

Tierras peruanas

Arequipa es la capital de la provincia del mismo nombre. Tiene 852 mil 807 habitantes. Constituye un importante centro industrial y comercial; de hecho, es considerada la segunda ciudad más industrializada del país.

La gente de Perú me ha ayudado a ser sacerdote a través de la experiencia de pastoral que hice durante el teologado. Llegué a Arequipa como vicario pastoral y también me asignaron acompañar al grupo Legión de María, al que le doy formación permanente y me reúno cada semana para animar y evaluar su trabajo. Visito ancianos y enfermos para llevarles la comunión  y palabras de aliento, realizo el trabajo pastoral, celebro misas, doy bendiciones y oraciones en casa.

Vine a esta nación a compartir mi fe y aprender de la gente otra manera de vivir. Es muy importante el encuentro de dos culturas: la africana y la latinoamericana; podemos ir enriqueciéndonos mutuamente. En Arequipa me siento bien, aunque he visto personas un poco reservadas, pero debo entenderlas y tenerles paciencia. A veces, las escucho cuando dicen: «Mira, ahí está san Martín de Porres» y se acercan a pedirme que les dé una bendición. Soy africano, soy negro y esa es mi identidad, no me siento menos que los demás, porque todos somos iguales, pero al mismo tiempo diferentes.

Finalmente, quiero mandar un saludo a la gente que conocí en México durante mi Año Comboniano y a todas las personas que visitan esta página.

 

 

Audio: Redacción

 

 

 

 

 

Compartalo