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Publicada: 31-07-2020

 

Contra la trata de personas

El tráfico de personas es un grave delito y una violación de los derechos humanos. Cada año, miles de hombres, mujeres y niños caen en las manos de delincuentes que mercantilizan las vidas humanas, en sus propios países y en el extranjero. Esta dramática situación, que afecta a millones de personas en el mundo, se ha agravado aún más por la emergencia sanitaria causada por el Covid 19, transformada en un resquicio por donde entra la creatividad delictiva.
En la actualidad, es una de las actividades ilegales más lucrativas del mundo, hay 40 millones de víctimas y siguen aumentando.
En febrero de 2019, el papa Francisco participó en un video elaborado por la Red Mundial de Oración del Papa, que fue dedicado al Día mundial contra la trata. En el video, el Papa expresó su preocupación. Y dijo que «no podemos lavarnos las manos si no queremos ser cómplices de estos crímenes contra la humanidad». Para ver el video, dé clic en el siguiente enlace:
https://www.youtube.com/watch?time_continue=57&v=uUq6kpN5CRM&feature=emb_title
En 2020, este día, monseñor Miguel Cabrejos Vidarte, presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), publicó un mensaje para «sensibilizar sobre la dolorosa situación que afrontan miles de víctimas en el mundo», y revindicar la defensa de sus derechos. «La Iglesia comparte el dolor de estos hermanos y hermanas» que se encuentran atrapados «en esta nueva forma de esclavitud», que han sido engañados, «tentados por falsas ofertas de trabajo» o de una vida mejor, cayendo en redes «de explotación sexual o laboral», de donde difícilmente se puede salir.
Sin duda alguna, la crisis sanitaria del Covid-19 ha provocado que «la vulnerabilidad de estas personas» aumente, y reduzca en gran medida las posibilidades de que encuentren ayuda y libertad. Ante esta grave situación, el presidente del CELAM hace suyas las palabras del papa Francisco: «La trata, en efecto, desfigura la humanidad de la víctima, ofendiendo su libertad y su dignidad. Pero, al mismo tiempo, deshumaniza a quienes la llevan a cabo, negándoles el acceso a la vida en abundancia. La trata, en fin, daña gravemente a la humanidad en su conjunto, destrozando a la familia humana y al Cuerpo de Cristo».
En su mensaje, monseñor Cabrejos también hizo un llamado a las autoridades, a trabajar «en la implementación de medidas urgentes y específicas que auxilien y ayuden a las víctimas de este delito», proporcionándoles ayuda urgente mediante «campañas de sensibilización, denuncia, refugios, líneas de apoyo y un debido acceso a la justicia».
Vatican News

 





 

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