“La situación parece estabilizarse, pero las autoridades aún no han dado permiso a la población para volver a sus casas”, dice Luisa Flisi, una misionera laica que trabaja desde hace años con los javerianos, en Goma, capital de Kivu Norte, en el este de la República Democrática del Congo, amenazada por el avance de la lava del volcán Nyiragongo.
El 22 de mayo, el avance de la lava destruyó 17 pueblos y causó la muerte de una treintena de personas. Según una primera evaluación, al menos mil 500 viviendas han sido destruidas. El 27 de mayo las autoridades decidieron evacuar varios distritos de Goma por temor a que el flujo de lava alcanzara la ciudad. Afortunadamente, la lava se ha detenido, al menos por ahora”, dice Luisa Flisi.
“Nosotras también fuimos evacuadas y nos acogieron en las instalaciones de unas hermanas de Parma que se encuentran en las afueras de Goma. Los evacuados han sido recibidos en varios lugares de la RDC o han cruzado la frontera con Ruanda, donde las autoridades locales han puesto a su disposición tiendas de campaña, alimentos y artículos de primera necesidad”.
“El volcán está siempre activo y de vez en cuando la lava se desborda de la caldera, a veces con consecuencias dramáticas como en 2002, cuando el flujo de lava golpeó Goma causando un centenar de muertos y varios daños en los edificios, incluida la catedral. Nuestra misión también resultó dañada”, recuerda la misionera laica.
“Veremos cuándo las autoridades permiten a la población volver a sus casas en Goma, varias de las cuales han resultado dañadas por los fuertes temblores sísmicos debidos a las erupciones volcánicas”, dice Luisa Flisi.
Los expertos temen que se produzca lo que se denomina una erupción límica que puede ocurrir en los lagos que contienen gases a presión disueltos en sus aguas. Se calcula que a cientos de metros bajo el fondo del lago Kivu hay 250.000 millones de metros cúbicos de CO2 más 60.000 millones de metros cúbicos de metano. En caso de erupción, ésta podría liberarse a la atmósfera y, en contacto con una fuente de energía, deflagrar.
“De hecho, al principio las autoridades suspendieron el servicio de barcos en el lago Kivu que conecta Goma con Bukavu, como precaución en caso de que el metano bajo el lago explotara. Luego se reanudó porque hay mucha gente que necesita trasladarse de una ciudad a otra”, dice Luisa Flisi.
Para ayudar a las víctimas del flujo de lava tras la erupción del volcán Nyiragongo, la Iglesia de la RDC ha organizado una colecta especial del 6 al 13 de junio. La electricidad y el agua potable escasean en Goma y se teme una epidemia de cólera. Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), al menos 350.000 personas han sido desplazadas de Goma y necesitan ayuda urgente.
Fuente de la nota: Agencia Fides.