Después de rezar el Ángelus de este domingo, en que muchos países celebran la solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, y antes de saludar a los fieles y peregrinos presentes en la Plaza de San Pedro, el Papa dijo:
«Sigo con dolor por las noticias procedentes de Canadá sobre el espantoso descubrimiento de los restos de 215 niños, alumnos del Colegio Residencial Indio de Kamloops, en la provincia de Columbia Británica. Me uno a los obispos canadienses y a toda la Iglesia católica de Canadá para expresar mi cercanía al pueblo canadiense, que ha quedado traumatizado por esta impactante noticia.
El triste descubrimiento aumenta nuestra conciencia del dolor y el sufrimiento del pasado. Que las autoridades políticas y religiosas de Canadá sigan colaborando con determinación para arrojar luz sobre este triste suceso y comprometerse humildemente en un camino de reconciliación y sanación».
Francisco añadió:
«Estos momentos difíciles son un fuerte llamado para que todos nos alejemos del modelo colonizador e incluso de las colonizaciones ideológicas de hoy, y caminemos juntos en el diálogo, el respeto mutuo y el reconocimiento de los derechos y valores culturales de todas las hijas e hijos de Canadá».
Recemos en silencio
El Santo Padre invitó a encomendar al Señor las almas de todos los niños que murieron en los internados de Canadá y a rezar por las familias y comunidades nativas canadienses, que se encuentran sumidas en el dolor. «Recemos en silencio», dijo Francisco.
A continuación, el Papa aseguró que sus oraciones serán también por las víctimas de la masacre que tuvo lugar la noche del viernes al sábado en una pequeña ciudad de Burkina Faso, y agregó:
«Estoy cerca de sus familias y de todo el pueblo de Burkina Faso, que está sufriendo mucho por estos repetidos ataques. África necesita paz y no violencia».
Posteriormente Francisco recordó que hoy, en Chiavenna, en la diócesis de Como, es beatificada sor María Laura Mainetti, de las Hijas de la Cruz, asesinada hace 21 años por tres chicas influidas por una secta satánica.
«Ella, que amaba a los jóvenes por encima de todo, y que amaba y perdonaba a esas mismas chicas prisioneras del mal, nos deja su programa de vida: hacer cada pequeña cosa con fe, amor y entusiasmo. Que el Señor nos dé a todos fe, amor y entusiasmo. ¡Aplaudamos a la nueva beata!»
El Santo Padre recordó además que mañana, martes 8 de junio, a las 13:00 horas, «la Acción Católica Internacional invita a todos a dedicar un minuto por la paz, cada uno según su propia tradición religiosa».
Fuente de la nota: Vatican News