El padre Christian Carlassare, obispo de Rumbek, de 43 años, es muy consciente del complejo conflicto étnico que atraviesa Sudán del Sur. Habiendo regresado a Italia en las últimas semanas tras el atentado durante el cual recibió heridas de bala en las piernas, el padre comboniano nacido residente en Piovene, acaba de concluir el período de cuarentena y el lunes visitó el convento de los canosos en Schio, donde se guardan los restos de la santa sudanés Giuseppina Bakhita.
En cuanto a su recuperación, el comboniano dijo que «ahora puedo caminar sin muletas, me muevo de forma independiente aunque no pueda correr, escalar montañas o realizar largas caminatas. Pero es solo una cuestión de ejercicio para fortalecer el músculo".
En un artículo publicado en la edición de este mes de "Nigrizia", describió la situación de la Iglesia en Sudán del Sur, donde "la sangre de la cultura y la etnia sigue siendo más fuerte e importante que el agua sagrada del bautismo".
“África es así, es muy compleja. Pero ahí están acostumbrados a no abandonar nunca el desafío, siempre tienen la esperanza activa, creen que algo puede cambiar. No puedo evitar ser parte de esta esperanza".
Su consagración como obispo debería haber tenido lugar el 23 de mayo después de su nombramiento el 8 de marzo. En la noche del 25 al 26 de abril le dispararon en las piernas y fue hospitalizado en Nairobi para luego volver a su natal Italia.
Respecto a la situación actual de Rumbek, el padre explicó que “la diócesis es dirigida por un administrador apostólico que tiene la tarea de orientarla hasta mi llegada y resolver los problemas que surgieron tras el atentado. Las investigaciones están en marcha, cuando el asunto concluya en la corte veremos cómo proceder. En cuanto a mí, decidí volver a Italia precisamente para que todo esto se lleve a cabo de la mejor manera posible. Planeo regresar a Sudán del Sur en octubre. Mientras tanto descansaré y en septiembre estaré en Roma para reunirme con la Secretaría de Estado y Propaganda Fide”.
Las investigaciones sobre el ataque aún no han concluido, y han involucrado a líderes autorizados de la Diócesis. “Después del ataque, recibí la solidaridad del gobierno, las autoridades locales, la Iglesia y el pueblo. Como decía al principio, a pesar de lo sucedido hay esperanza y siento que formo parte de ella de alguna manera. Necesitamos empezar de nuevo desde dentro como diócesis, para purificar los aspectos poco claros y empezar de nuevo. La gente necesita esto”.
Nota original disponible en:
http://www.vocedeiberici.it/padre-christian-carlassare-ottobre-torno-sud-sudan/
