La Conferencia Episcopal de Mozambique advirtió que hay varias situaciones que preocupan a los obispos en el país, incluida la crisis humanitaria en la provincia de Cabo Delgado, realidad ampliamente discutida en los medios y redes sociales, pero no siempre de forma objetiva y ética.
El portavoz de la Conferencia Episcopal de Mozambique, Carlos Nunes, señaló algunos aspectos positivos, como el control de la situación político-militar en el norte, con la ralentización de la ola de ataques armados contra civiles, que comenzó hace cuatro años y que alcanzó su punto crítico el pasado mes de marzo con la conquista de la ciudad de Palma, centro de un megaproyecto de extracción de gas natural.
«La presencia de fuerzas extranjeras, ruandeses y la Comunidad de Desarrollo de África Austral (Sadc) – escriben los obispos – da esperanzas de una mejora en la situación de seguridad. De hecho, hay informes de avances en la recuperación del espacio que estaba en manos de los insurgentes, lo que contribuye a una relativa seguridad. Algunas personas están regresando a sus aldeas. Renovamos nuestra solidaridad con la multitud de personas que aún permanecen en los campos de desplazados».
«Uno de los grandes desafíos del momento sigue siendo la asistencia humanitaria a las víctimas de la violencia y las poblaciones desplazadas. Hay mucha gente que tiene hambre y sed, es decir, que no tienen los recursos mínimos para sobrevivir. Otra prioridad es la urgente necesidad de organizarse e invertir en la reconstrucción de infraestructura y vivienda digna para las personas que regresan a sus aldeas».
Unas 730 mil personas, cerca de la mitad de la población de toda la provincia, han sido desplazadas de sus tierras en Cabo Delgado y se espera que dependan de la ayuda humanitaria hasta mediados del próximo año. Los principales desafíos son también el de reestructurar el sistema de salud y las escuelas.
Además de la situación humanitaria en Cabo Delgado, la Conferencia Episcopal de Mozambique también discutió la precaria situación de los jóvenes. «… Sigamos poniendo la situación de los jóvenes, su presente y su futuro en el centro de nuestras reflexiones. Es de suma importancia ser conscientes de que los jóvenes constituyen una gran parte de los fieles de nuestra Iglesia y de la población mozambiqueña. Y como señaló acertadamente el papa Francisco, la juventud no es solo el futuro, sino el presente de Mozambique que nos desafía. Lo que se necesita, por tanto, es una reflexión global e integral sobre la necesidad de un proyecto de toda la familia mozambiqueña sobre la juventud, un proyecto capaz de dar respuesta a sus legítimas preocupaciones y aspiraciones, y de darles la oportunidad de realizar sus sueños de vida. ..».
Crédito de la nota: Nigrizia