«En este año 2022 somos lápices en las manos de Dios. Él puede escribir directamente sobre las líneas torcidas de la pandemia, la enfermedad y el sufrimiento. Con nuestra colaboración puede escribir sus palabras que dan vida y vida en abundancia». Con estas palabras de Santa Teresa de Calcuta quien decía que «somos lápices en las manos de Dios», se dirige monseñor Roberto Yenny García, Obispo de Ciudad Valles, responsable de la Pastoral de la Conferencia Episcopal Mexicana de la Salud, a los enfermos, médicos, enfermeras, voluntarios y agentes pastorales de la salud en un mensaje de Año Nuevo.
«Ahora que comenzamos un nuevo año, recordemos que el futuro no es una especie de libreto en el que somos actores que repetimos un guion que alguien más ha escrito. Al contrario, cada año son trescientas sesenta y cinco páginas, en las que somos como lápices que escribimos nuestra biografía, día a día». Señala monseñor Yenny García quien invita por tanto a superar los condicionamientos de la realidad que nos limitan, permaneciendo siempre abiertos «a nuestra creatividad y libre decisión».
Dirigiéndose a sus hermanos enfermos y ancianos, «con grandes limitaciones en su movilidad, en medio de dolores y tratamientos difíciles» que pareciera que no tienen otra alternativa que la de dejarse ir, el obispo recomienda: «En realidad se puede y se debe tomar decisiones. Tienen la libertad de darle sentido o propósito a su condición o enfermedad, por ejemplo encontrando una razón para agradecer a quienes le cuidan, para ejercitar la paciencia, para ofrecer su sufrimiento a Dios y para darnos a todos una lección de alegría cristiana en medio de la adversidad».
Continuando con la metáfora del lápiz, el obispo invita a todos los médicos, enfermeras y trabajadores de la salud a afilar el lápiz para que, «además del tratamiento profesional, puedan hacer crecer su lápiz en la espiritualidad y hacer de su servicio un acompañamiento curativo y humanizador». «Como lápices que escribiremos en nuestras páginas de 2022, también podemos decidir unir nuestra voluntad para compartir un propósito, el de Dios».
A los agentes de pastoral en el mundo de la salud, sacerdotes, religiosos y laicos, el obispo les hace una pregunta: «¿Están dispuestos a ser un lápiz en las manos de Dios para que Él pueda escribir con ustedes mensajes de amor, fraternidad y esperanza para los enfermos, para los que los cuidan y para todos los que sufren? Si la respuesta es sí, acérquense a Dios. Que Él les inspire todos los días a escribir, a su estilo, cosas hermosas con sus palabras, sus actitudes y sus acciones a favor de los enfermos y de todos los que sufren».
Crédito de la nota: Agencia Fides.