Palabras de comunión y esperanza con motivo de la ordenación episcopal de Mons. Christian Carlassare
Reverendos, sacerdotes y diáconos, seminaristas; querido padre Louis Okot, superior provincial de los combonianos en Sudán del Sur, querido padre Fabio Baldan, superior provincial de Italia, queridos hermanos, combonianos y hermanas que trabajan en esta tierra que nos vio nacer; hermanas, hermanos, laicos que trabajan en la diócesis de Rumbek y en Sudán del Sur. Querido pueblo de Dios, querido obispo Christian:
Damos gracias a Dios por este día en el que finalmente podemos acompañarte a ti y a esta diócesis en la importante celebración en la que te conviertes en el pastor de esta Iglesia local presente en Rumbek. Has atravesado un momento difícil este año pero también has dado un precioso testimonio de perdón enraizado en la fe y la esperanza, sabiendo que Dios sigue conduciendo a su pueblo por el camino de la Paz. Como Dirección General siempre hemos estado junto a ti y te aseguramos que seguiremos caminando contigo en este nuevo servicio que el Señor te ha encomendado. Damos gracias también por el don de tu familia, en particular de tus padres aquí presentes hoy, que nos acompañan en este día tan especial y forman parte de tu vocación y camino misionero.
Como lema para nuestro próximo Capítulo General, hemos elegido las palabras de Jesús: «Yo soy la vid; ustedes son los sarmientos» (Juan 15, 5). Es también nuestro deseo que permanezcas siempre anclado en Él mientras desarrollas tu ministerio junto con todos los agentes de pastoral y el pueblo de Dios en la diócesis. San Daniel Comboni decía que: «Es a través de la cruz y del martirio que todas las misiones se han fundado y han prosperado, y África Central… no ha seguido un camino diferente a las demás obras de Dios». Todos sabemos hasta qué punto estas palabras de nuestro fundador son verdaderas para esta tierra.
La Iglesia en Sudán del Sur se ha construido con el notable ejemplo de tantos laicos, catequistas, religiosos, sacerdotes y obispos que proclamaron incansablemente el Evangelio de la vida con su compromiso y entrega. El Espíritu Santo, protagonista de la misión, ha estado activo a través de la vida de santa Josefina Bakhita, el padre Daniel Sorur, hermana Fortunata Quascé, hermano Giosué Dei Cas y san Daniel Comboni, entre muchos otros, que en tiempos de prueba y dificultad destacaron en la práctica de la fe, la esperanza y el amor por el bien del Evangelio.
Querido obispo Christian, oramos para que sigas en el camino del Buen Pastor y ahora de manera particular como obispo de Rumbek, siguiendo el modelo del Buen Pastor del Corazón Traspasado. Por intercesión de san Daniel Comboni y santa Josefina Bakhita, que Dios siga bendiciendo a Rumbek y a todo su pueblo. Que la santísima Virgen María, sea tu madre en tu difícil y hermosa misión.
La Dirección General
Misioneros Combonianos del Corazón de Jesús
Rumbek, 25.03.2022
Crédito: comboni.org