«Los animo a llevar adelante su trabajo caminando junto a las personas con autismo: no sólo para ellos, sino ante todo con ellos. Ustedes lo saben bien, y también hoy han querido decirlo con un gesto: en la plaza de San Pedro, algunas personas con autismo cocinarán y ofrecerán el almuerzo a sus hermanos pobres. Es bello esto. Una iniciativa que testimonia el estilo del buen samaritano, el estilo de Dios», dijo el papa Francisco a los miembros de la Fundación Italiana para el Autismo, a quienes recibió en audiencia la mañana de este viernes, 1 de abril, en la Sala Clementina del Vaticano.
Valiosa contribución a la lucha contra la cultura del descarte
En su discurso, el Santo Padre recordó que mañana se celebra el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, establecido por la ONU para llamar la atención del mundo sobre las personas con autismo y los diferentes aspectos de su condición. En este sentido, el Pontífice agradeció a la fundación por el trabajo que desarrolla, en la cual están implicados investigadores, médicos, psicólogos, entidades y asociaciones de familiares, que desde 2015 se han trazado el objetivo común de promover una cultura a favor de las personas que sufren del espectro autista y discapacidad intelectual.
«De hecho, al llevar a cabo proyectos de investigación e iniciativas en favor de los más débiles y desfavorecidos – afirmó el Pontífice – están aportando una valiosa contribución a la lucha contra la cultura del descarte, muy extendida en nuestra sociedad, demasiado centrada en la competencia y el beneficio. Nosotros somos víctimas de esta cultura del descarte».
Poniendo como ejemplo la figura de santa Margarita de Città di Castello, la joven discapacitada que puso su vida en manos del Señor para dedicarse por completo a la oración y a la ayuda a los pobres, el Santo Padre los animó a promover la dignidad de todos aquellos hombres y mujeres frágiles y vulnerables, que con demasiada frecuencia son marginados porque se les califica de diferentes o inútiles, pero que en realidad son un gran activo para la sociedad no sólo en el campo de trabajo, sino en toda su «vocación».
La solidaridad y la creación de redes
Otro aspecto importante que resaltó el Santo Padre fue uno de los efectos de la pandemia de Covid-19 que ha tenido un impacto muy grave sobre todo en los más frágiles, los ancianos, las personas con discapacidad y sus familias. Y en las últimas semanas se ha añadido la tragedia de la guerra en Ucrania. «En esta situación nuestra respuesta debe ser la solidaridad, el trabajo en red. Solidaridad en la oración y solidaridad en la caridad que se convierte en un compartir concreto».
Crédito de la nota: Vatican News.