El papa Francisco, antes del rezo del Regina Coeli reiteró que para ir al encuentro de Jesús hay que comprometerse, lanzarse con un renovado impulso en el camino del bien. Ante una Plaza de San Pedro algo nublada pero llena de peregrinos y fieles, el Santo Padre reflexionó sobre el Evangelio de este domingo que narra la tercera aparición de Jesús resucitado a los apóstoles.
A orillas del lago de Galilea, algo desmoralizados y desilusionados, mientras el Resucitado se hace esperar, los discípulos deciden volver a la vida de antes, la de pescadores que, sin embargo, no pescan nada. Un sentimiento y un estado de ánimo, en particular de Pedro, que también nosotros podemos experimentar, dijo el Pontífice, cuando por «cansancio, desilusión, quizás por pereza, nos olvidemos del Señor y descuidemos las grandes opciones que hemos tomado, para contentarnos con otra cosa».
«Por ejemplo – explicó Francisco -, no dedicamos tiempo a hablar en familia, y preferimos los pasatiempos personales; nos olvidamos de la oración, dejándonos arrebatar por nuestras necesidades; descuidamos la caridad, con la excusa de las prisas diarias. Pero al hacer esto nos sentimos como Pedro, desmoralizados y con las redes vacías».
Echar las redes con valentía
En esos momentos, indicó el Papa, Jesús exhorta nuevamente a sus discípulos a echar las redes con valentía hasta desbordarlas.
«Hermanos, hermanas, cuando en la vida tenemos las redes vacías, no es el momento de autocompadecernos, de divertirnos, de volver a los viejos pasatiempos. Es el momento de volver a empezar con Jesús, de hallar el valor de recomenzar, de navegar mar adentro con Él», enfatizó el Pontífice.
Para ese volver a empezar con Jesús, el Santo Padre sugirió tres verbos: avanzar, recomenzar y retomar las riendas ante una decepción o una vida que ha perdido algún sentido. Y si «hoy siento que he retrocedido… -agregó el Papa- vuelve a avanzar con Jesús; vuelve a empezar, vuelve a ponerte en marcha, porque te está esperando y sólo piensa en ti, en mí, en cada uno de nosotros».
Un renovado impulso que es amor
Más adelante, Francisco reflexionó sobre el «sobresalto», el impulso de Pedro cuando, al oír que el Señor ha vuelto, se lanza al agua y nada a su encuentro: «Es un gesto de amor, porque el amor va más allá de lo útil, lo conveniente y lo debido; el amor genera asombro, inspira impulsos creativos, gratuitos».
«Queridos hermanos y hermanas, hoy estamos invitados a un nuevo impulso, a zambullirnos en el bien sin miedo de perder algo, sin hacer demasiados cálculos, sin esperar a que empiecen los otros. Porque para ir al encuentro de Jesús hay que comprometerse», insistió el Santo Padre.
¿Queremos amar a Jesús?
Como siempre, Francisco interpeló a los fieles sobre la propia generosidad, si son capaces de seguir los impulsos del corazón para lanzarse y zambullirse en el amor de Jesús, en lugar de encerrarse en la costumbre o en el miedo. Porque como a Pedro, el Resucitado también hoy nos pregunta: ¿Me quieres? Porque en la Pascua – recuerda Francisco – Jesús quiere que «resurja también nuestro corazón; porque la fe no es una cuestión de saber, sino de amor».
«¿Me quieres?, te pregunta Jesús a ti, que tienes las redes vacías y miedo de recomenzar; a ti, que no tienes el valor de zambullirte y has perdido empuje. ¿Me quieres?, pregunta Jesús (…) Y nosotros, ¿queremos amar a Jesús?». Con estas preguntas concluyó el Papa sus palabras antes del Regina Coeli, no sin antes pedir a la Virgen, que con prontitud dijo «Sí» al Señor, que nos ayude a encontrar el impulso del bien.
Crédito de la nota: Vatican News.