«Buen domingo, bienvenidos y gracias por su compañía y servicio». Estas fueron las primeras palabras que el Papa intercambió con unos ochenta periodistas y camarógrafos entre los que no escatimó para saludarlos. Serán ellos los que lo acompañen y los que informen de cada etapa de este largo viaje a Canadá.
Francisco se apresuró a recomendar que se trata de una peregrinación «penitencial» que realizará con este espíritu. Luego, el pensamiento al Ángelus que rezó en el vuelo, al no poder hacerlo este domingo en la Plaza de San Pedro y que dedicó a la II Jornada Mundial de los Abuelos y Ancianos que se celebró ayer domingo, este año sobre el tema del Salmo 92: «En la vejez todavía darán fruto».
«Los abuelos y las abuelas son los que han transmitido la historia, las tradiciones, las costumbres: volver a ellos con el pensamiento de hoy es importante, un ‘leitmotiv’ en el sentido de que – explicó el Papa – los jóvenes deben tener contacto con sus abuelos, volver a ellos, volver a sus raíces, no para quedarse ahí, no, sino para llevarlas adelante, como el árbol que toma fuerza de sus raíces y la lleva adelante en las flores, en los frutos».
La riqueza de los abuelos también en las familias de los religiosos
A este respecto, Francisco citó las palabras del poema de Francisco Luis Bernárdez:
«Todo lo que tiene el árbol de florecido le viene de lo que tiene enterrado, que son los abuelos».
En el recuerdo del Papa en esta Jornada en la que, en su nombre, el cardenal Vicario Angelo De Donatis celebró la Misa en San Pedro, están en particular «los religiosos y religiosas ancianos, los abuelos de la vida consagrada».
Para ellos la doble recomendación de «no esconderlos, porque son la sabiduría de una familia religiosa y a los novatos y nuevos religiosos de tener contacto con ellos:
Ellos nos darán toda la experiencia de vida que nos ayudará a seguir adelante… Por eso… cada uno de nosotros tiene abuelos y abuelas, algunos ya no están, otros están vivos, pero recordémoslos hoy de manera especial: de ellos hemos recibido tantas cosas, en primer lugar, la historia».
Francisco está en Edmonton
El avión papal aterrizó ayer en el aeropuerto internacional de la capital del Estado de Alberta, primera escala de este 37º viaje apostólico a Canadá. Hoy se celebran dos actos en reconocimiento del dolor infligido por la colonización a los pueblos indígenas.
Inmediatamente se puso en marcha el viaje de Francisco a Canadá, un viaje de penitencia para remediar el diálogo con los pueblos indígenas heridos en su cultura, en sus tradiciones. Un camino juntos, que debe ser realizado por todo el país. Ellos fueron los protagonistas ayer en el Aeropuerto Internacional de Edmonton.
Representantes de las First Nations, Metis e Inuit, las realidades indígenas reconocidas por el gobierno canadiense, ataviados con trajes tradicionales, dieron la bienvenida al Pontífice con un canto ritual interpretado a coro.
Tras los saludos de las autoridades civiles y religiosas, el Papa se trasladó al Seminario de San José, donde permanecerá los primeros días de este viaje. Hoy las dos primeras citas: a las 10.00 (hora de Edmonton), la visita a los indígenas en las reservas de Maskwacìs, a 100 kilómetros al sur de Edmonton; después a las 16.45 un nuevo encuentro con los indígenas en la iglesia del Sagrado Corazón en presencia de la comunidad parroquial.
«Caminando juntos»
El mensaje de reconciliación, de disculpa, de perdón y de consuelo, que Francisco trae a esta tierra, quiere dirigirse a todas las realidades de la sociedad canadiense en un camino que necesariamente debe hacerse en conjunto. Y este es precisamente el tema elegido para el viaje: «Marcher Ensamble – Walking together» (Caminando juntos), expresado en las dos lenguas oficiales del país norteamericano. Un viaje que también realizaron juntos en el Vaticano el pasado mes de abril.
Crédito de la nota: Vatican News.