La comunidad comboniana de Mozambique en Chipene, al norte de Mozambique, fue atacada durante la madrugada de este miércoles 7 de septiembre por un grupo armado no identificado. La hermana María De Coppi, de 84 años, de origen veneciano y en el país desde 1963, fue asesinada a tiros, probablemente cuando salía del ala de mujeres de la parroquia.
Se salvaron los dos sacerdotes fidei donum Don Lorenzo Barro y Don Loris Vignandel, que lograron escapar con otras dos hermanas y a los que pronto se unirá el Obispo de Nacala, Monseñor Alberto Vera Arèjula.
Misión incendiada
El grupo armado ya se había acercado a la misión hacía 24 horas, pero no había cruzado el río Lurio, la frontera natural con la provincia de Cabo Delgado, escenario de la violencia perpetrada por los grupos rebeldes desde hace meses. Sin embargo, durante la noche se produjo el allanamiento durante el cual fueron quemadas muchas de las estructuras de la misión, incluidas las obras parroquiales, el dormitorio y la sala de informática recién inaugurada, mientras que las habitaciones donde se habían refugiado los misioneros se salvaron de las llamas.
El pésame de las Combonianas
«Rezamos por el eterno descanso de nuestra Hermana», es el mensaje de condolencia de la Hna. Enza Carini, Secretaria General de las Misioneras Combonianas: «Seguramente intercederá por el pueblo de Mozambique y por la paz en este país que tanto amó».
En Mozambique para estar cerca de la gente
María, comboniana nacida en 1939, en Santa Lucia di Piave, en la provincia de Treviso, Italia, llegó por primera vez a Mozambique en 1963, cuando todavía era una colonia portuguesa; tras obtener la ciudadanía, la Hna. María formó parte de esa tierra y de ese pueblo con un servicio constante en varias misiones de la provincia de Nampula.
Como informó el semanario veneciano L’Azione.it, que la entrevistó en Italia en 2021, los dos últimos años en Mozambique habían sido muy duros debido a la guerra en el norte por los recursos de la tierra, el paso de un ciclón y la prolongada sequía de los últimos años.
La comboniana habló de la extrema pobreza y de las familias que huyen. «Intento estar cerca de la gente», dijo, «sobre todo escuchando lo que me dicen. A pesar de la pobreza material, escuchar a los demás sigue siendo un gran regalo, es reconocer su dignidad».
Descanse en paz la hermana María De Coppi.
Crédito de la nota: Vatican News.