En el seminario celebrado ayer en Roma sobre el tema «No dejar a nadie atrás: mejor producción, mejor alimentación, mejor medio ambiente y mejor vida para todos», una serie de experiencias puestas en marcha en distintos países demostraron que es posible vislumbrar un mundo más justo, donde el derecho a una alimentación sana esté garantizado para todos.
Ante los micrófonos de Vatican News, entrevistada por Adriana Masotti, María Angela Giorgi, representante de la UMOFC en la FAO, habló del papel de las mujeres en el desarrollo.
Cómo garantizar una vida mejor para todos a través de una alimentación sana y suficiente fue el tema del Seminario de Estudio organizado en la Pontificia Universidad Regina Apostolorum de Roma por la Misión Permanente de la Santa Sede ante la FAO, el FIDA y el PMA, junto con el Foro de Roma de las ONG de inspiración católica y la Cátedra UNESCO de Bioética y Derechos Humanos. Además de las intervenciones de expertos en el sector agroalimentario, economistas y representantes de las agencias de la ONU implicadas en el desarrollo, se presentaron algunas experiencias prácticas como ejemplos de cambio.
UMOFC: mujeres protagonistas de un futuro más inclusivo
En este sentido, presentó un testimonio Mariangela Giorgi Cittadini, representante internacional ante la FAO de la UMOFC, Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas.
Dra. Mariangela Giorgi, su discurso versó sobre el compromiso de las mujeres para garantizar un futuro más inclusivo. ¿Puede sintetizarnos lo que ha dicho?
La invitación a participar en el Seminario de Estudio se sintió como una llamada no sólo porque el acceso a los recursos necesarios para la supervivencia de todos «sin dejar a nadie atrás» significa reafirmar el valor de la dignidad humana y el bien común, sino, sobre todo, porque para nosotros, en la UMOFC, representaba una oportunidad para hacer oír la voz de las mujeres, para enfocar el tema con una lente de género.
La mirada especial desde la perspectiva femenina es necesaria, porque las mujeres en muchas realidades son generalmente más pobres y sus derechos están menos protegidos. De hecho, las desigualdades de género, como el acceso a los recursos, la educación y la representación política, se encuentran entre las causas fundamentales del hambre y hacen que las mujeres suelan ser las últimas y las que menos comen.
Las experiencias mostradas, aunque muy reducidas en comparación con el trabajo global de la UMOFC, se centraron en los esfuerzos de las mujeres por garantizar un futuro más inclusivo a través de la puesta en marcha de proyectos orientados a una economía inclusiva y a la expansión de la solidaridad, la subsidiariedad y la sostenibilidad.
¿Cuáles son las medidas adoptadas por la UMOFC?
Para garantizar el «todos incluidos», en 2021 la UMOFC creó el Observatorio Mundial de la Mujer, cuyo lema es «escuchar para transformar la realidad». El Observatorio, que no es una herramienta teórica o meramente estadística, colabora con diversos centros académicos para analizar, seguir y mejorar la condición de las mujeres en el mundo, escuchando directamente a las mujeres respecto a sus sufrimientos, potencialidades y proyectos. En definitiva, quiere dar visibilidad a las mujeres, especialmente a las más vulnerables, e instar y movilizar a los responsables políticos para que «nadie se quede atrás».
El primer trabajo del Observatorio Mundial de la Mujer es una investigación cualitativa para conocer el impacto de Covid-19 en las mujeres de América Latina y el Caribe. Se recogieron y sistematizaron una serie de experiencias, como la de la Organización Petrus Dominical de Panamá, que agrupa a familias campesinas de productores y agricultores y trabaja por el comercio justo y la seguridad alimentaria. Durante la pandemia, las mujeres del campo tomaron la iniciativa de unirse en grupos para vender sus productos, también con el apoyo de la Iglesia Católica. La venta de las cestas de alimentos contribuyó así a aumentar los ingresos de las familias y permitió reinvertir en las comunidades implicadas.
Otra experiencia la representa la asociación Misiones Rurales Argentinas (MIRA) que es una organización que trabaja con maestros rurales que en su mayoría son mujeres comprometidas con la promoción integral de la familia rural, especialmente en las zonas fronterizas o más pobres de Argentina. Uno de los proyectos más interesantes es HUERTAS, que crea huertos, desde la construcción de infraestructuras hasta el suministro de semillas. En el proyecto también colaboran el Instituto Nacional de Tecnología Agrícola y las comunidades, con el objetivo de impartir una educación integradora y fomentar los buenos hábitos alimentarios. En los últimos años se han puesto en marcha hasta 20 jardines. El MIRA también participa en el proyecto de suministro de agua potable a las zonas más secas y pobres del territorio.
También en este caso se involucra a las comunidades locales para crear también un efecto multiplicador con el uso de los fondos recibidos. La misma UMOFC ha financiado también varios proyectos relacionados con el problema del agua y la nutrición saludable en otros continentes, como en África, concretamente en Senegal, donde las mujeres y los niños tenían que recorrer hasta 10 km al día para obtener agua potable.
Las mujeres pueden hacer mucho por el desarrollo y el bienestar de todos. Pero aún no todos son conscientes de ello…
Las mujeres desempeñan un papel decisivo en el desarrollo y el bienestar de todos, ya sea en la seguridad alimentaria del hogar o fuera de él, en la diversidad alimentaria, en el trabajo de cuidados, en la reducción de los desperdicios y en la salvaguarda de la salud de los niños. Las mujeres pueden, por tanto, ser las principales artífices de un cambio de rumbo y demostrar que, persiguiendo a través de la educación el objetivo de la igualdad y la emancipación, están dispuestas a contribuir a la construcción de un verdadero desarrollo sostenible, un mundo de «Hambre Cero», precisamente sin «dejar a nadie atrás».
Cada vez más vemos a las mujeres como protagonistas de la voluntad de cambio. Lo vemos en Irán, en Afganistán, en muchos países de África. Esto habla del potencial de las mujeres, de su fuerza. ¿Cómo se compromete la organización que representa a apoyar la demanda de las mujeres por un mundo mejor?
También en el momento actual, en el que emerge con fuerza el impulso de cambio de las mujeres, que nos llega cada día a través de las dramáticas imágenes de Irán, de Afganistán, de tantos países de África, la UMOFC es consciente de que «nadie excluido» no es sólo un reto global que hay que asumir para apoyar un desarrollo sostenible para todos, sino que es una exigencia indispensable para afirmar, perseguir y garantizar el respeto a la persona y su libertad para todos, hombres y mujeres en todos los países.
El objetivo del desarrollo humano integral de los hombres, las mujeres, sus familias, las comunidades y los pueblos, propio de la Organización UMOFC, se persigue a través de numerosas intervenciones de las mujeres en muchos países para la formación y la educación, a través de una sinergia estable con la sociedad civil y la Iglesia, y a través de la sensibilización y la movilización de los organismos internacionales y los responsables políticos.
En este momento concreto, la Organización, cercana al sufrimiento y al sacrificio de tantas mujeres que reclaman con fuerza un mundo mejor, refuerza su compromiso con la defensa de los derechos de los «invisibles» y los más vulnerables, para abrir nuevos caminos hacia un futuro concretamente inclusivo, basado en la justicia y la paz para todos.
Crédito de la nota: Vatican News.