Las condiciones de vida de los refugiados siguen empeorando debido a las fuertes reducciones de las raciones alimentarias y al aumento de los precios. La hermana Laura Gemignani, misionera comboniana que trabaja en Kanawat, diócesis de Kotido en Karamoja, a 10 horas en coche de Kampala, confirma la precaria situación de cientos de miles de refugiados.