Se requieren 2 mil 250 millones de dólares para ayudar a los 10 millones de personas que necesitan asistencia en las tres provincias orientales de la República Democrática del Congo (Ituri, Kivu del Norte y Kivu del Sur), según indica el plan humanitario 2023 de la Oficina de Coordinación Humanitaria de las Naciones Unidas (OCHA).
Las necesidades más urgentes afectan a los 5,7 millones de desplazados internos debido a la inseguridad y los combates en Kivu Norte. Según la OCHA, la crisis humanitaria se ha visto agravada en los últimos 12 meses por un recrudecimiento de la violencia, especialmente en Kivu Norte, donde más de 600 mil personas han tenido que desplazarse desde marzo de 2022, debido a la reanudación de las hostilidades por parte del grupo armado M23.
Entre ellos hay miles de niños que han tenido que abandonar sus hogares y viven ahora en campos de refugiados repartidos por toda la región.
El de Bulengo, situado al suroeste de Goma, la capital de Kivu Norte, es uno de los campos de desplazados internos que los acoge. Pero en lugar de recibir protección y cuidados para sobrevivir, los niños se ven obligados a mendigar en las calles de la ciudad. Se les puede ver en las vías públicas del distrito de Lac Vert, pidiendo limosna a los transeúntes, así como en las tiendas y restaurantes locales.
Una triste realidad común a casi todos los emplazamientos de desplazados internos en los territorios de Nyiragongo y Masisi, así como en la ciudad de Goma. Los niños desplazados se enfrentan a dificultades extremas, como desnutrición, falta de atención sanitaria y educación, además de un mayor riesgo de explotación y violencia.
Mientras tanto, continúan los combates entre el ejército congoleño y el M23 en la región de Kitshanga, en dirección a Mweso, en el territorio de Masisi, a unos 100 km al noroeste de Goma.
Para poner fin a los ataques perpetrados por el M23, la Comunidad de África Oriental (CAO) ha iniciado el despliegue de una fuerza de interposición en Kivu Norte con el fin de obligar a los guerrilleros a retirarse. Se ha fijado un calendario para su retirada y un mapa de los lugares donde se estacionarán los soldados keniatas, ugandeses, burundeses y sursudaneses de la fuerza de la CAO. Pero en la sociedad civil local crece el descontento por la presencia de soldados extranjeros, especialmente de algunos países vecinos sospechosos de querer hacerse con las riquezas naturales de la región.
Crédito de la nota: Agencia Fides.