Francisco, al final de la audiencia general, recordó la Jornada Mundial de Oración por la Iglesia católica en China, que coincide con la fiesta de María Auxiliadora, venerada en el santuario de Sheshan, en Shanghai. La cercanía a los creyentes del país asiático y la esperanza de que el Evangelio pueda ser anunciado en “plenitud y libertad”. Una oración por la martirizada Ucrania: “Allí se sufre tanto”.