FILIPINAS: ContinĂșan las detenciones de misioneros, religiosas, sacerdotes y laicos acusados de apoyar a grupos armados comunistas

FILIPINAS: ContinĂșan las detenciones de misioneros, religiosas, sacerdotes y laicos acusados de apoyar a grupos armados comunistas

La prĂĄctica del “red tagging”, es decir, etiquetar a una persona como “comunista” o “partidaria de grupos comunistas o terroristas armados”, sigue afectando a religiosos, misioneros, cooperantes, personas que se dedican a grupos vulnerables, pobres o indĂ­genas en el centro y sur de Filipinas.

En los Ășltimos dĂ­as, la policĂ­a de la provincia de Sultan Kudarat (en la isla de Mindanao) detuvo a Aileen Manipol Villarosa, de 41 años, trabajadora de una organizaciĂłn afiliada a los “Misioneros Rurales de Filipinas”, acusada de financiar el terrorismo. Los Misioneros Rurales de Filipinas (RMP) son una organizaciĂłn catĂłlica nacional, intercongregacional e interdiocesana, de religiosos y religiosas, sacerdotes y laicos, que viven junto a campesinos, agricultores, pescadores y pueblos indĂ­genas. La organizaciĂłn, creada en 1969, es socia de la AsociaciĂłn de Superiores Religiosos Mayores de Filipinas y actualmente denuncia la continuaciĂłn de la prĂĄctica del “red tagging”: ya en agosto de 2022, el Departamento de Justicia inculpĂł a 16 personas vinculadas a la organizaciĂłn, entre ellas cinco religiosas, por presunta financiaciĂłn del terrorismo, acusadas de transferir fondos al Nuevo EjĂ©rcito del Pueblo, grupo armado de inspiraciĂłn comunista en conflicto con el Estado. AdemĂĄs, en noviembre de 2022, el reverendo Edwin Egar, sacerdote de la “Iglesia Unida de Cristo en Filipinas”, junto con su esposa, Julieta Egar, fueron acusados de apoyo al terrorismo, junto con otras 71 personas, entre sindicalistas y cooperantes, que niegan todos los cargos.

Como afirma el Consejo Nacional de Iglesias de Filipinas (NCCP), el “red-tagging” se produce independientemente de las creencias o afiliaciones polĂ­ticas y es “una incitaciĂłn a la represiĂłn y la persecuciĂłn contra quienes critican al gobierno”. Organizaciones de la sociedad civil, misioneros y personal eclesiĂĄstico han sufrido amenazas y detenciones, acusados de “encubrir a grupos terroristas comunistas locales”. Leyes como la Ley Antiterrorista de 2020 y la Ley de PrevenciĂłn y RepresiĂłn de la FinanciaciĂłn del Terrorismo de 2012 agravan la amenaza de la “red-tagging”.

Miembros de comunidades cristianas como la Iglesia CatĂłlica, la Iglesia Unida de Cristo en Filipinas, la Iglesia Filipina Independiente y la Iglesia Metodista Unida de Filipinas han sido objeto de estas acusaciones. Los bienes de los Misioneros Rurales de Filipinas y de la Iglesia Unida de Cristo en el sur y el centro del paĂ­s fueron congelados en virtud de la Ley de PrevenciĂłn de la FinanciaciĂłn del Terrorismo.

El sistema de “red tagelling” ha sido utilizado por el gobierno filipino en el contexto de una campaña de contrainsurgencia militarizada que ya se llevĂł a cabo bajo el gobierno del ex presidente filipino Rodrigo Duterte y continĂșa bajo la administraciĂłn del actual presidente filipino Ferdinand Marcos Jr. El resultado es la intensificaciĂłn de la militarizaciĂłn en las zonas rurales y la creciente coerciĂłn de los ciudadanos, señala el Consejo Nacional de Iglesias de Filipinas.

“Quienes defienden la tierra, a menudo propiedad ancestral de los pueblos indĂ­genas, frente al desarrollo de minas y presas se enfrentan a los militares filipinos, que utilizan su poder para proteger los intereses de las empresas multinacionales. Los agricultores, que buscan medios de vida justos, decentes y sostenibles para sus familias y comunidades, a menudo son encarcelados o asesinados, mientras que los abogados que intentan representarlos son agredidos o detenidos”, señala el Consejo.

El Consejo ha llevado estas demandas a la reuniĂłn del ComitĂ© Central del “Consejo EcumĂ©nico de las Iglesias” (CEC) celebrada en Ginebra en los Ășltimos dĂ­as. El CEC ha condenado las graves violaciones de los derechos humanos cometidas en Filipinas y ha pedido al gobierno de este paĂ­s que tome medidas para poner fin a estas violaciones.

El Consejo Nacional de Iglesias de Filipinas, que trabaja valientemente con y por los pobres, pide al gobierno y a los grupos comunistas que reanuden las negociaciones de paz y aborden las causas profundas del conflicto armado. El organismo ecuménico invita a las comunidades cristianas, de todas las confesiones, a rezar por quienes luchan y sufren por defender la dignidad de toda persona, especialmente los grupos mås vulnerables, pidiendo a los fieles que acompañen y apoyen su compromiso evangélico.

Crédito: Agencia Fides 3/7/2023