Hasta el momento, persiste la falta de información sobre la identidad del grupo responsable del secuestro de ocho personas, entre ellas seis religiosas, secuestradas el 19 de enero en Haití.
Las religiosas, miembros de la Congrégation des Sœurs de Sainte-Anne (una congregación de derecho pontificio de origen canadiense), fueron víctimas de un secuestro en la mañana del 19 de enero. Un grupo de hombres armados bloqueó el minibús en el que viajaban en la Avenue du Chili, en el centro de Puerto Príncipe. Después de abordar el vehículo, tomaron como rehenes a las seis religiosas, una joven acompañante y al conductor, dirigiéndose hacia el callejón Alert.
«Estos secuestros llenan de tristeza y miedo a los consagrados haitianos y a las almas de buena voluntad», afirma la Conférence Haïtienne des Religieux et Religieuses, en una nota en la que pide a todos los cristianos de Haití que recen por la liberación de los rehenes.
Por el momento, no se dispone de información sobre el grupo armado responsable del secuestro, ni sobre una posible petición de rescate.
El papa Francisco, tras el Ángelus del domingo 21 de enero, ha hecho un llamamiento por la liberación de las religiosas y sus acompañantes: «Con dolor recibí la noticia del secuestro, en Haití, de un grupo de personas, entre ellas seis Religiosas: al pedir encarecidamente su liberación, rezo por la concordia social en el país y llamo a todos a poner fin a las violencias, que tanto sufrimiento causan a esa querida población».
Haití se enfrenta, desde hace algún tiempo, a un dramático aumento de los secuestros con fines de extorsión, perpetuados por aproximadamente 300 bandas armadas que controlan alrededor del 80% de la capital, Puerto Príncipe.
Durante la semana pasada, el barrio de Solino experimentó bloqueos debido a barricadas levantadas por bandas armadas que buscaban presionar al Primer Ministro interino, Ariel Henry, antes de que expire el acuerdo político que consolida su poder, el 7 de febrero.
La esperanza de restablecer condiciones mínimas de seguridad en el país recae en el despliegue de una fuerza policial dirigida por Kenia, según una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU aprobada en octubre.
Los mil policías kenianos que deben ser enviados a Haití finalizaron su formación el 4 de enero. Ahora se encuentran a la espera de la decisión de la Corte Suprema keniata, prevista para el 26 de enero, sobre la autorización del despliegue en el país caribeño.
La Corte Suprema deberá pronunciarse sobre el recurso presentado por la oposición, según el cual el envío de policías kenianos a Haití es inconstitucional, ya que sólo los militares pueden ser desplegados en el extranjero.
Crédito de la nota: Agencia Fides.