La policía pakistaní ha acusado y detenido a 44 personas en relación con un violento ataque colectivo contra un cristiano acusado de profanar el Corán en el asentamiento Mujahid de Sargodha, ciudad de la provincia pakistaní de Punjab.
El incidente ocurrió el 25 de mayo, cuando algunos residentes encontraron páginas quemadas del Corán cerca de las casas de algunas familias cristianas. En una acusación sumaria y sin fundamento, una turba armada con palos, piedras y otras armas se reunió frente a la casa de Nazir Masih, cristiano propietario de una pequeña fábrica de zapatos en la zona. Lo acusaron de «blasfemia», alegando que había quemado el Corán mientras se deshacía de la basura.
Algunos ciudadanos, tanto cristianos como musulmanes, temiendo el estallido de la violencia, contactaron a la policía local y a representantes del «Comité de Paz» de Sargodha, compuesto por líderes de ambas comunidades religiosas, en un intento por calmar a la multitud, que en ese momento había crecido hasta reunir a unas 300 personas. Sin embargo, la situación empeoró: algunos individuos prendieron fuego a la fábrica de zapatos, mientras otros irrumpieron en la casa de Nazir Masih, quien afirmaba ser completamente inocente, desde los tejados adyacentes. Solo la rápida y valiente intervención de los agentes de policía logró rescatar a Masih de la casa en llamas, aunque resultó herido, mientras la multitud clamaba por violencia.
La policía entonces empleó gases lacrimógenos para dispersar a la multitud y detener a decenas de personas. Posteriormente, la policía paquistaní abrió casos y presentó denuncias contra 44 hombres identificados, acusándolos de intento de asesinato, obstrucción y agresión a un funcionario público, actos de terrorismo y linchamiento, según lo estipulado por la Ley Antiterrorista.
Nazir Masih, de 70 años, se encuentra hospitalizado en Sargodha en estado crítico pero estable. Según sus abogados, fueron algunos vecinos, con quienes había tenido disputas en el pasado, quienes lo acusaron y desencadenaron la violencia.
«Este es otro caso de abuso de la ley sobre la blasfemia. Se deben tomar medidas para evitar su instrumentalización», declaró el abogado católico Khalil Tahir Sindhu, ministro de Derechos Humanos del Punjab, quien acudió al lugar de los hechos. El ministro agradeció a la policía por su rápida intervención, que evitó el linchamiento.
En la actualidad, la comunidad cristiana de la colonia Mujahid, habitada por varias familias y donde se erige una iglesia, se encuentra sumida en el miedo.
Una delegación de la Comisión de Justicia y Paz de los obispos paquistaníes, encabezada por el arzobispo de Islamabad-Rawalpindi, Joseph Arshad, ha visitado el lugar junto con el ministro Sandhu para expresar su solidaridad con los cristianos de Sargodha. Condenando la violencia y recordando los eventos del año pasado en Jaranwala, la Comisión ha señalado que «es esencial que toda acusación de blasfemia sea investigada a fondo y que la persona acusada tenga una oportunidad justa de defenderse, de acuerdo con las prerrogativas constitucionales. En ningún caso las multitudes deben tener la libertad de tomarse la justicia por su mano». Además, se ha reafirmado también el compromiso de «promover el diálogo para contrarrestar la intolerancia».
Tras el incidente, el arzobispo de Lahore, Sebastian Shaw, ha presidido una reunión en Lahore en la que ha reiterado la necesidad de proteger y garantizar la seguridad de todas las iglesias del distrito de Sargodha. Junto a él, compartiendo este llamamiento, se hallaban Abdul Khair Azad, imán de la Mezquita Real de Lahore, y varios miembros de las autoridades civiles.
Crédito de la nota: Agencia Fides.