El papa a los obispos de Madagascar: «No aparten la mirada de los pobres»

El papa a los obispos de Madagascar: «No aparten la mirada de los pobres»

León XIV recibió en audiencia a los obispos de Madagascar durante su peregrinación jubilar a Roma y los instó a poner en el centro de su misión a los pobres, a cuidar de los sacerdotes y a enseñar a los fieles a proteger la creación.

«Ustedes que son pastores, han recordado que son ante todo ovejas del rebaño»: con estas palabras León XIV se dirigió a los obispos de Madagascar, llegados a Roma en peregrinación jubilar y recibidos esta mañana, 16 de junio, en audiencia en la Sala de los Papas del Palacio Apostólico. «Se han convertido en peregrinos de esperanza para su pueblo, para las familias, para los ancianos, los niños, los jóvenes para que las Iglesias de Madagascar –subrayó el pontífice– por medio de ustedes, reciban la gracia de caminar en la esperanza que es Jesucristo».

Al inicio de su discurso, el papa expresó su admiración personal por la decisión del episcopado de venir todos juntos a Roma para el Jubileo: «Es un hermoso signo de unidad, ya acordado con nuestro amado papa Francisco, a quien sentimos espiritualmente presente en este momento».

Además, manifestó su complacencia de escuchar las alegrías y las pruebas pastorales que llevan adelante con fidelidad, «signo viviente del Evangelio», y los alentó a cuidar de quienes los acompañan en su misión: «Los animo a cada uno en su ministerio episcopal, especialmente a cuidar de los sacerdotes, que son sus primeros colaboradores y sus hermanos más cercanos, así como de los religiosos y religiosas que se entregan al servicio».

Los pobres, centro del Evangelio

A continuación, exhortó a «no apartar la mirada de los pobres», que están «en el centro del Evangelio y son los destinatarios privilegiados del anuncio de la Buena Nueva. Sepan reconocer en ellos el rostro de Cristo y que su acción pastoral esté siempre animada por una preocupación concreta por los más pequeños. Que su ministerio en este Jubileo, más allá de las pruebas, les ayude a encender los horizontes siempre nuevos de la esperanza ofrecida por Cristo».

«Siguiendo al papa Francisco –continuó el santo padre– los invito a cuidar nuestra casa común, a preservar la belleza de la Gran Isla, cuya belleza y fragilidad les ha sido confiada. El cuidado de nuestra casa es parte integrante de su misión profética. Cuiden la creación que gime y enseñen a sus fieles el arte de protegerla con justicia y paz».

Por último, León XIV recordó las numerosas historias de santidad y de evangelización que han tocado Madagascar, con personas que «no temieron ni el rechazo ni la persecución» y contribuyeron a la «vitalidad misionera de sus Iglesias particulares». En particular, recordó a Henri de Solages, «el primer misionero que no se dejó desanimar por el fracaso y el encarcelamiento», o al santo mártir Jacques Berthieu, «cuya sangre fue semilla de cristianos en Madagascar». También mencioó a los beatos Raphaël Rafiringa, Victoire Rasoamanarivo y Jacques Berthieu:

«¡Que su ejemplo siga fortaleciéndolos en la donación de ustedes mismos a Cristo y a su Iglesia, en medio de los éxitos y las pruebas pastorales que atraviesan para llegar al pueblo de Dios en las diferentes realidades de sus diócesis!»

Crédito de la nota: Vatican News