En el Palacio Apostólico, la audiencia con la delegación de la «Iglesia hermana de Constantinopla», con motivo de la fiesta de los santos Pedro y Pablo, el pontífice envió sus saludos y agradecimientos al patriarca Bartolomé y le instó a proseguir el camino para restablecer la plena comunión visible entre nuestras Iglesias: «Este objetivo solo se puede lograr con la ayuda de Dios, mediante un compromiso continuo de escucha respetuosa y diálogo fraterno. Estoy abierto a cualquier sugerencia».
El papa León XIV continuó el camino de diálogo con «la Iglesia hermana de Constantinopla», iniciado por Pablo VI y Atenágoras, y fortalecido por Francisco y Bartolomé, hacia el objetivo de «restablecer la plena comunión visible entre nuestras Iglesias». Se trata de un objetivo que «sólo se puede alcanzar con la ayuda de Dios, a través de un compromiso continuo de escucha respetuosa y de diálogo fraterno», dijo el papa a la delegación del Patriarcado Ecuménico recibida esta mañana en audiencia en el Vaticano, momento culminante del viaje a Roma en el marco del tradicional intercambio de delegaciones para las fiestas de los respectivos Patronos.
«Estoy abierto a cualquier sugerencia al respecto, consultando siempre a mis hermanos obispos de la Iglesia católica, que comparten conmigo, cada uno a su manera, la responsabilidad de la unidad plena y visible de la Iglesia».

El encuentro de antier fue el primero entre el papa León XIV y una representación del Patriarcado Ortodoxo que, como es tradición desde hace décadas, celebra con la Iglesia de Roma la fiesta de los santos Pedro y Pablo. Una delegación de la Santa Sede viajará a Estambul el 30 de noviembre para la celebración del santo patrón san Andrés.
Para León XIV, este intercambio de delegaciones «es un signo de la profunda comunión ya existente entre nosotros y un reflejo del vínculo de fraternidad que une a los apóstoles Pedro y Andrés». El Pontífice recuerda cómo, «tras siglos de desacuerdos e incomprensiones», la reanudación de un diálogo «auténtico» entre dos Iglesias hermanas fue posible gracias a «los pasos valientes y clarividentes» de Pablo VI y Atenágoras I. El papa y el patriarca que, con su abrazo en Jerusalén en enero de 1964, cancelaron las excomuniones que pesaban sobre sus respectivas Iglesias desde el gran cisma de 1054. Ambos se encontraron en otras ocasiones posteriores, en Roma y en Fanar –barrio de Estambul donde el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla tiene su sede– , dando así vida y cuerpo a un camino que se había fortalecido con el tiempo.
«Los venerados sucesores en las sedes de Roma y Constantinopla han continuado con convicción el mismo camino de reconciliación, fortaleciendo aún más nuestras relaciones», afirmó León XIV. Y recordando «con profunda gratitud» el camino recorrido hasta ahora, asegura su intención de «perseverar en el esfuerzo por restablecer la plena comunión visible entre nuestras Iglesias».
En su discurso, el papa dirigió después un pensamiento de agradecimiento al patriarca Bartolomé, recordando «el testimonio de entrañable cercanía hacia la Iglesia católica» que ofreció «con su participación personal en los funerales del papa Francisco y luego en la Misa inaugural de mi pontificado». Luego pidió a la delegación recibida en el Vaticano que transmitiera al patriarca y a los miembros del Santo Sínodo su «cordial saludo», junto con su «gratitud por haber enviado nuevamente a la Delegación este año».

Crédito de la nota: Vatican News