«Hace tiempo que esperamos la buena noticia de la confirmación de la visita del papa Francisco a Sudán del Sur» dice la hermana Elena Balatti, misionera comboniana en la provincia de Sudán del Sur.
«Es un momento positivo para Sudán del Sur y la visita del Papa está definitivamente vinculada a la paz – dice la hermana Elena-. Sin embargo, por desgracia, la guerra en Ucrania mantiene en vilo al mundo entero, y aunque en Sudán del Sur hay tanta alegría y tantas expectativas positivas por esta visita, el fantasma de la guerra en otra parte del mundo que podría tener efectos negativos en otros continentes, incluida África, nos quita algo de alegría».
Así describe la religiosa la reacción de los habitantes del país ante el anuncio de la visita del Pontífice: «Nada más ser anunciada la visita del Papa y de otros líderes religiosos, hubo un aluvión de comentarios entre la población. Algunos recordaron el fuerte gesto del papa Francisco besando los pies de los líderes de Sudán del Sur, el presidente Salva Kiir, el líder de la oposición que ahora forma parte del gobierno de transición, Riek Machar, y los demás miembros de la delegación sursudanesa. Y ahora se dice que el Papa viene a ver cuáles son los frutos de ese gesto revolucionario».
«Se trata de comentarios populares – dice la Hna. Elena -, pero he leído el comentario de Edward Yakani, presidente de la Community Empowerment for Progress Organisation (CEPO), la más conocida de las organizaciones de la sociedad civil local, que ha hecho suya la vox popoli».
«Ahora nuestros dirigentes políticos y militares deben estar a la altura de la tarea que el Papa les encomendó en el Vaticano y de la responsabilidad que asumieron con el Santo Padre cuando prometieron hacer todo lo posible para restablecer la paz en el país», continúa.
Un compromiso que no hay que dar por descontado porque, como señala la hermana, «los estudios de los conflictos demuestran que si un acuerdo de paz no está bien redactado y no se aplica bien, sigue existiendo la posibilidad de que el conflicto vuelva a estallar. Por lo tanto, la visita del papa Francisco y de los demás líderes religiosos es una fuerte señal de que debemos continuar con determinación el camino hacia la paz».
La hermana Elena recuerda que «existe un acuerdo de paz firmado por el gobierno con el principal grupo de la oposición, pero hay otras facciones que aún no han depuesto las armas. La esperanza es que la visita del Papa impulse las conversaciones de paz con estas otras facciones, algunas de las cuales se están celebrando en Roma con la mediación de la Comunidad de San Egidio».
«Quisiera concluir con un pequeño episodio que me ocurrió hace unos días cuando visité, junto con una delegación de la Comisión ‘Justicia y Paz’ de la diócesis de Malakal, un puesto de avanzada de un grupo guerrillero que está negociando con el gobierno», dice la hermana. «Su médico militar nos pidió que llevásemos a cabo actividades de curación de traumas psicológicos y espirituales para sus hombres, de modo que, con vistas a la paz, puedan reconciliarse con un pasado difícil y con los terribles acontecimientos de la guerra. Durante la visita, se celebró una misa de sufragio por sus compañeros caídos en los combates de los últimos meses. En su homilía, el celebrante mencionó la guerra en curso en Ucrania. Me hizo pensar en cómo los seres humanos somos incapaces de aprender. Aquí estamos rezando por el eterno descanso de los soldados recientemente caídos y al mismo tiempo en Ucrania otros soldados y muchos civiles están muriendo porque no nos ponemos de acuerdo. Así que durante la misa recordamos a los caídos de Sudán del Sur y a los de la guerra de Ucrania. Sigamos rezando por la paz para que el Señor nos ayude en este momento extraordinario de crisis para la humanidad».
Crédito de la nota: Agencia Fides.