«La pesadilla de la guerra ha durado demasiado tiempo. Pedimos a los combatientes que vuelvan a la razón»: es la exhortación de los obispos de la Conferencia Episcopal Nacional del Congo – CENCO, en un comunicado en el que expresan su preocupación por «el deterioro de las condiciones de seguridad en la provincia de Kivu Norte, en el este de la República Democrática del Congo, en particular en los territorios de Rutshuru y Nyiragongo, tras la intensificación de los combates entre las FARDC (Fuerzas Armadas Congolesas) y los rebeldes del M23, que están causando muchas pérdidas de vidas en ambos bandos».
El aumento de tensiones entre RDC y Ruanda
El M23 es un grupo rebelde que reanudó las hostilidades en 2021 después de haber depuesto las armas en diciembre de 2013. La reanudación de la ofensiva del M23 está aumentando las tensiones entre la RDC y Ruanda, acusada por Kinshasa de apoyar a los rebeldes congoleños. A su vez, Kigali acusa a la RDC de proporcionar ayuda a las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), un grupo rebelde ruandés con base en Kivu del Norte.
Las tensiones entre los dos países aumentaron cuando el gobierno ruandés denunció el secuestro de dos soldados por parte de las FDLR, acusando a Kinshasa de ser cómplice del secuestro. Gracias a la mediación de Angola, los dos soldados, que al parecer habían sido capturados por el ejército regular congoleño, fueron liberados.
Mejor cooperación para lograr una paz duradera
La CENCO subraya cómo la inestabilidad en Kivu del Norte está alimentando las tensiones regionales, afirmando que está «asombrada porque los combates se producen pocas semanas después de las reuniones de Nairobi, en las que los Jefes de Estado de la región de los Grandes Lagos y los grupos armados se comprometieron a unir sus esfuerzos para establecer la paz en el este de la RDC».
«Los pueblos de la región de los Grandes Lagos aspiran a una paz duradera a través de una mejor cooperación de la que puedan beneficiarse las generaciones futuras», afirman los obispos. «Tanto más – precisan – cuanto que el pueblo congoleño se está movilizando para recibir en julio al Santo Padre, que viene como artífice de la paz y apóstol de la reconciliación. No es correcto ni honorable intentar negar a este pueblo este momento de felicidad que será una fuente de bendición para toda la RDC», concluyen.
Crédito de la nota: Agencia Fides