«Nadie sabe cómo puede acabar todo esto y, por desgracia, no hay señales de que lo que empezó el sábado pasado pueda terminar pronto».
El padre Gabriel Romanelli, de la parroquia católica de Gaza dedicada a la Sagrada Familia, describe los sentimientos de incertidumbre cargados de tristes presentimientos que reinan entre la población local tras el ataque masivo lanzado por los milicianos de Hamás contra Israel. Sobre todo, pesa el recuerdo de lo ocurrido en el pasado en otras fases del conflicto. «Por situaciones mucho menos graves que la actual», recuerda el sacerdote argentino, miembro del Instituto del Verbo Encarnado, «aquí se han iniciado guerras muy largas en el pasado. Y ahora, ante todo esto, no paro de recordar el llamamiento del papa Pío XII antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial: nada se pierde con la paz, todo puede perderse con la guerra. Estas palabras también fueron repetidas por san Juan Pablo II».
Para el padre Gabriel lo único que se puede hacer ahora es «rezar y esperar que la guerra termine lo antes posible, para que las heridas sean menos difíciles de curar, y luego trabajar por la justicia y la paz que tantos israelíes y palestinos anhelan en sus corazones».
El ataque contra territorio israelí comenzó al amanecer del sábado 7 de octubre. Miles de misiles lanzados desde Gaza hacia territorio israelí cayeron sobre las zonas limítrofes de la Franja y sobre Tel Aviv y Ashkelon. Las incursiones de los milicianos de Hamás alcanzaron las colonias israelíes más cercanas a la Franja y capturaron prisioneros.
La acción palestina ha sido denominada «Diluvio para Jerusalén» y la operación de Israel «Espadas de hierro». La reacción israelí ha consistido en ataques aéreos y bombardeos sobre la Franja de Gaza. La trágica cifra de muertos sigue aumentando un día después del inicio del ataque; los muertos ascienden al menos a 800, según fuentes oficiales de ambos bandos. Mientras tanto, portavoces del ejército israelí han declarado que han evacuado a los civiles israelíes de los asentamientos situados en torno a Gaza para preparar las operaciones militares que se llevarán a cabo contra los milicianos de Hamás atrincherados en su interior. El ejército israelí aún no ha iniciado las operaciones de penetración en territorio de Gaza, que muchos analistas presagian como el próximo movimiento de las fuerzas armadas del Estado hebreo.
En la mañana del domingo 8 de octubre, el papa Francisco manifestó su «aprensión y dolor» por lo que está sucediendo en Tierra Santa, «donde la violencia ha estallado aún más ferozmente, provocando centenares de muertos y heridos». Tras el rezo del Ángelus, dirigiéndose a la multitud congregada en la Plaza de San Pedro, el Obispo de Roma ha expresado su cercanía a las familias de las víctimas, rezando por ellas «y por cuantos están viviendo horas de terror y angustia». «La guerra – añadió el Pontífice- es una derrota: ¡toda guerra es una derrota! ¡Recemos por la paz en Israel y Palestina!».
Crédito de la nota: Agencia Fides.