Declaración final del 28º encuentro anual de los Obispos con los profesionales de los medios de comunicación católicos asiáticos, reunidos a finales de noviembre en la capital de Tailandia: «Los comunicadores cristianos deben ser siempre testigos, no sólo transmisores de información». La invitación a «dar voz a los que no tienen voz» y crecer de la mano de expertos en el ámbito tecnológico, sin olvidar la importancia del encuentro y la escucha real.
«Testigos de Cristo» y no simplemente «meros participantes o transmisores de información». Testimoniar también ante las tecnologías emergentes como la inteligencia artificial, ciertamente es un desafío, pero al mismo tiempo una «oportunidad» para el ministerio de comunicación y la misión evangelizadora de la Iglesia. Esta es la invitación que la Iglesia asiática extiende a todos los comunicadores cristianos, a quienes estuvo dedicado el 28º encuentro anual de los Obispos con los profesionales de los medios de comunicación católicos, que tuvo lugar en Bangkok, Tailandia, del 20 al 24 de noviembre, en la Casa Don Bosco de la Capital tailandesa.
Obispos, sacerdotes, expertos laicos de toda Asia
Cuatro días de «oración, orientación, dirección y acción» que reunieron a obispos, sacerdotes y laicos representantes de las comisiones de Comunicación Social de las Conferencias Episcopales miembros de la FABC (Federación de Conferencias Episcopales Asiáticas). Por tanto, participaron delegados de Brunei-Malasia-Singapur, Camboya-Laos, India, Indonesia, Corea, Myanmar, Pakistán, Filipinas, Taiwán, Tailandia, Timor Oriental, Vietnam y Hong Kong. Al evento, al que asistieron el cardenal Charles Bo, Arzobispo de Yangon y Presidente de la FABC, y el cardenal Francis Xavier Kriengsak, Arzobispo de Bangkok, también estuvieron presentes Paolo Ruffini, Prefecto del Dicasterio para la Comunicación, y Nataša Govekar, titular de la dirección teológico-pastoral del Dicasterio. «Consideramos la presencia de la Santa Sede, de la FABC y del Pastor de la Iglesia local en nuestro encuentro como una gran expresión de nuestra comunión con el Santo Padre y la Iglesia universal», se lee en el comunicado final del encuentro titulado «La comunicación en la Iglesia en Asia hoy, fruto de una reflexión común».
Los retos de las nuevas tecnologías
El documento contiene once indicaciones y una decena de recomendaciones, que parten de la premisa de que «los medios modernos de comunicación social son dones de Dios destinados a estar al servicio de la humanidad, concretamente de la unidad y del progreso». Por lo tanto, miramos las tecnologías emergentes, empezando por la inteligencia artificial (IA), que deben ser «comprendidas y adoptadas críticamente», pero que pueden «contribuir y ofrecer oportunidades para el ministerio de comunicación de la Iglesia y su misión evangelizadora».
«Si bien reconocemos que las tecnologías de la comunicación seguirán evolucionando y desarrollándose, consideramos el importante papel de la persona humana en la promoción de la comunicación en su sentido más verdadero, así como el uso eficaz de los medios», se lee en la declaración. «La capacidad de la persona humana para amar, empatía, compasión, justicia y bondad nunca podrá ser reemplazada por las tecnologías de la comunicación».
Dar voz a los que no la tienen
Por lo tanto, incluso frente a las numerosas oportunidades que ofrece el progreso tecnológico, los comunicadores cristianos deben seguir siendo «testigos de Cristo: La gente escucha más a los testigos que a los maestros, y si escuchan a los maestros es porque son testigos». Y al dar testimonio es importante mostrar «solidaridad» con los pobres y desfavorecidos, dando «voz a los que no tienen voz y vida a los que no tienen vida». Como ejemplo, se citan los numerosos misioneros esparcidos por el mundo, entre ellos las Combonianas y las Misioneras de la Caridad de la Madre Teresa que se negaron a abandonar la zona de guerra entre Israel y Gaza y «eligieron arriesgar sus vidas para quedarse y servir a los niños pobres y a los ancianos que les han sido confiados».
Respondiendo al llamado a la sinodalidad
A la Iglesia asiática, en particular, se relanza la invitación a «responder eficazmente a la llamada a la sinodalidad mediante la construcción de relaciones humanas auténticas que fomenten una cultura de respeto, diálogo y amistad». «Al vivir entre personas de otras religiones –se lee– los comunicadores católicos están llamados a contar la historia de Jesús de una manera que reconozca y respete las ricas y variadas tradiciones culturales de Asia».
Presencia en lo digital
Reiterando la necesidad de una presencia «total» en el mundo digital, el documento final de la reunión de Bangkok exhorta a «desarrollar una mayor comprensión de la IA y otras tecnologías emergentes y sus implicaciones en el ministerio de comunicaciones de la Iglesia en Asia. Esto se puede hacer con la ayuda de expertos y mediante una eficaz reflexión y discernimiento pastoral para hacer de nuestro ministerio un servicio fructífero a las Iglesias locales que representamos y servimos».
Encuentros reales
Es importante, sin embargo, seguir creando espacios para encuentros reales a través de liturgias, foros y otras celebraciones, reconociendo que «la verdadera comunicación
cristiana tiene sus raíces en los valores evangélicos de ver, escuchar y hablar desde el corazón y en el encuentro de persona a persona».
Finalmente, la invitación a «explotar la riqueza de las lenguas y culturas tradicionales en todos nuestros esfuerzos de evangelización, reconociendo el papel de la comunicación arraigada en las ricas y variadas tradiciones culturales de Asia».
Crédito de la nota: Vatican News.