«Ha sido una verdadera protesta popular, inicialmente pacífica, aunque se han infiltrado algunos provocadores y maleantes», dice el padre Alfonso Poppi, misionero de la Fraternidad Sacerdotal de los Misioneros de San Carlos Borromeo, desde Nairobi, donde ayer 25 de junio, las protestas contra la nueva ley financiera descendieron en violencia, con la multitud que atacó el Parlamento y la oficina del gobernador. Al menos 13 personas han muerto en los enfrentamientos con la policía, según fuentes del hospital.
«Ahora la situación parece haberse calmado de nuevo», informa el padre Alfonso. «Lo que hay que destacar es que, por primera vez, el pueblo de Kenia ha salido a la calle, y no convocado por algún líder político, sino de forma espontánea, siguiendo la ola del revuelo en las redes sociales. La gente está realmente desesperada por el alto coste de la vida y los nuevos impuestos de la ley de finanzas no hacen más que agravar la situación».
«El pueblo se siente traicionado por el Presidente William Ruto, que en la campaña electoral había hecho promesas milagrosas sobre la creación de empleo. Pero también se sienten traicionados por los diputados de la oposición que han votado a favor de la ley de finanzas. Así que la población, especialmente los jóvenes, han decidido tomar cartas en el asunto saliendo a la calle», afirma el P. Alfonso.
«La cólera de la población se ha visto acentuada por la corrupción rampante que hace que el dinero de los impuestos se despilfarre en lujos que benefician a los ‘de siempre’», prosigue el misionero. «El asalto al Parlamento, aunque llevado a cabo con la ayuda de elementos criminales, es un emblema de la exasperación que provoca la brecha entre la población y una clase dirigente percibida como corrupta e indiferente a la suerte de la gente corriente». Esta situación está bien representada por el mensaje leído por los obispos en la televisión en directo, titulado «Dios salve a nuestro amado país».
«El proyecto de Ley Presupuestaria 2024-2025 ha provocado reacciones de rechazo por parte de los ciudadanos de Kenia. Si se aprueba en su forma actual, sumará sufrimiento a muchas familias que ya están sufriendo las consecuencias del anterior proyecto de Ley de Finanzas, 2023-2024», escriben los obispos.
«Recientemente, la Conferencia Episcopal de Kenia planteó formalmente al gobierno sus preocupaciones sobre la Ley de Finanzas y apreciamos que se hayan introducido cambios importantes en la ley. Pero creemos que no se han incluido otras peticiones importantes. Insistimos en que si todos los kenianos tienen que pagar impuestos, el gobierno no debería gravar en exceso a los ciudadanos. No se puede negar lo que significa el exceso de impuestos: el país se está desangrando, por lo que pedimos al gobierno que reflexione sobre la cuestión con la seriedad necesaria», subraya la Conferencia Episcopal.
Los obispos plasman la dimensión generacional de la protesta, afirmando que «entienden por qué la Generación Z ha salido a la calle para expresar su enfado con el Gobierno. La nueva generación está experimentando el impacto negativo que tienen en sus vidas los impuestos excesivos. El Gobierno tiene que enfrentarse a la candente verdad de que las familias están sufriendo enormemente. Los jóvenes han llegado al punto de expresar su enfado por la insensibilidad del gobierno ante unos impuestos injustificados que elevan el coste de la vida», declaran.
«El gobierno debe escuchar el sufrimiento de los ciudadanos. Ignorarlo sólo servirá para aumentar las tensiones en el país y sumir a la juventud y a los ciudadanos en la desesperación. Imploramos al Presidente que escuche la voz de los muchos que sufren y responda concretamente a la situación actual desencadenada por la ley financiera», concluyen.
Crédito de la nota: Agencia Fides.