Concluyó la Asamblea General de Formación en la Curia General de Roma. Los 50 participantes –provinciales responsables del sector formativo de cada continente, formadores de los escolasticados, de las comunidades de formación y de los centros internacionales de los hermanos (CIF), formadores de los noviciados y representantes por continente de los formadores de postulantes– dedicaron la última semana de trabajo a identificar las prioridades en el proceso de formación en el Instituto comboniano, y a la discusión y presentación de las consiguientes propuestas.
Después de dos semanas de escucha mutua, oración, intercambio y debate sobre las experiencias en las casas de las diferentes etapas de la formación, los formadores identificaron las prioridades que surgieron en el trabajo grupal y plenario:
1. Espiritualidad, identidad misionera y formación.
2. Recalificación de la formación.
3. Discernimiento a partir de la promoción vocacional y a lo largo de las diferentes etapas formativas.
4. Modelo Educativo de Integración.
5. La educación de los Hermanos.
Además, se eligieron otras tres importantes orientaciones, fruto del debate en la asamblea: la formación económica para vivir de manera evangélica el voto de pobreza, la formación en los medios de comunicación y su uso sabio, responsable y misionero y, la formación continua de formadores.
Divididos en grupos según los temas, los formadores centraron su reflexión en estos puntos y desarrollaron propuestas concretas, que luego fueron retomadas, debatidas y votadas en la asamblea plenaria.
Un segundo paso será preparar un texto final sobre lo sucedido, discutido y sugerido por la Asamblea Intercapitular de 2025, que contendrá las nuevas orientaciones de la formación en los próximos años como puntos de referencia sobre el camino que el Instituto pretende tomar en este sector. El objetivo es ofrecer una formación de calidad a los jóvenes que acudirán a nosotros para ofrecer su vida por la misión.
El sábado 27 de julio, la asamblea concluyó con la celebración de la Eucaristía, presidida por el padre Tesfaye Tadesse, superior general de los Misioneros Combonianos, en la basílica de San Pedro, precisamente donde, en 1864, san Daniel Comboni, mientras rezaba ante la tumba de san Pedro, desarrolló su «Plan para la regeneración de África». Escribió: «Confiando en ese Sagrado Corazón, que también late por África, y que es el único que puede convertir las almas, me siento cada vez más dispuesto a sufrir y sudar hasta mi último aliento, y a morir por Jesucristo y por la salud de los pueblos infelices del África Central».
Crédito de la nota: Misioneros Combonianos