Mariamabad: cristianos y musulmanes rezan a María

Mariamabad: cristianos y musulmanes rezan a María

En el santuario de la provincia de Punjab, en Pakistán, la peregrinación jubilar se convierte en una ocasión para la caridad y el diálogo interreligioso. Es aquí donde fieles de todas las religiones se encomiendan a María y recuperan la esperanza.

En la «gruta mariana» del santuario de Mariamabad, en la provincia pakistaní de Punyab, se celebra un Jubileo muy especial: son muchos los fieles que acuden aquí en peregrinación jubilar para vivir con profunda fe un momento espiritualmente intenso de devoción, conversión del corazón y petición de gracias.

Pero, entre ellos, también hay muchos fieles musulmanes que se suman para confiar a María, figura muy respetada y acogida en el islam, sus preocupaciones familiares y sus intenciones de oración.

«Por otra parte, en Mariamabad –afirma el padre Jahanzeb Iqbal, sacerdote llegado aquí desde Karachi, ciudad situada al sur del país– se venera a Nuestra Señora de la Misericordia. Aquí, a los pies de la estatua mariana, inspirada en la gruta y en la Virgen de Lourdes, fieles de todas las religiones, culturas y etnias depositan sus ansiedades y esperanzas, seguros de que nuestra Madre María los escuchará».

La peregrinación del 8 de septiembre

En el corazón del Punjab, ya a finales del siglo XIX, los misioneros franciscanos quisieron construir un pueblo consagrado a la Virgen María. Desde entonces, en 1898, Mariamabad, Ciudad de María, nació para acoger a las familias católicas como un lugar caracterizado por la devoción mariana, promovida por los frailes capuchinos que, en los años siguientes, comenzaron a construir un lugar de culto.

Como recuerda la Agencia Fides, tras las primeras capillas, el santuario de Mariamabad fue construido en 1949 por el fraile capuchino belga Frank Joseph, quien perdería la vida en Mariamabad en 1953.

Ahora esa iglesia es un santuario nacional, uno de los lugares marianos más frecuentados de Pakistán, visitado por fieles cristianos y musulmanes que constantemente piden gracias especiales a la Virgen.

En el pueblo de Mariamabad, los misioneros también quisieron construir una gruta inspirada en Nuestra Señora de Lourdes. En este lugar, a 90 kilómetros de Lahore, capital del Punjab, se celebra una imponente peregrinación nacional con motivo de la fiesta de la Natividad de la Santísima Virgen María, el 8 de septiembre, a la que acuden cientos de miles de personas de todo Pakistán.

Solidaridad y cercanía espiritual

«Aquí, en el Año Santo, miles de fieles han venido y siguen viniendo para recuperar la esperanza», cuenta el padre Tariq George, rector del santuario, quien pone en marcha todos los recursos posibles para acoger a los peregrinos, miles de ellos acampados a la intemperie o alojados en tiendas de campaña en la explanada frente a la iglesia.

Con motivo del Jubileo para los católicos, «desde Mariamabad se irradia un mensaje de amor, tolerancia y armonía», informa James Channan, dominico de Lahore, director del Peace Center dedicado al diálogo islamo-cristiano, quien, en sus intervenciones ante audiencias interreligiosas, suele citar el santuario mariano como un lugar donde se concretan la solidaridad y la cercanía espiritual entre musulmanes y cristianos.

Esa cercanía también se refleja en la satisfacción de las necesidades materiales: en el santuario, cientos de voluntarios y benefactores se ocupan de la comida y el descanso de los peregrinos, que realizan largos viajes, incluso a pie durante varios días, para tocar con sus propias manos, conmovidos, la estatua de la Virgen o depositar una flor.

La acogida y la atención al prójimo también se demuestran en los centros sanitarios habilitados para quienes sufren deshidratación, hipertensión o heridas en los pies: con la presencia de médicos y enfermeros, son lugares necesarios en días especiales como la solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María (el 15 de agosto) o la fiesta del 8 de septiembre, cuando el número de peregrinos supera los cuatrocientos mil.

Anuncio de paz y amor

«En el mensaje que se lee a la entrada del santuario se dice que todas las religiones enseñan la paz y el amor», recuerda el padre Channan, indicando el sentido y el significado de una peregrinación que transforma el Jubileo para los fieles católicos de Pakistán en un evento que adquiere aspectos y contornos interreligiosos:

«El momento de oración en Mariamabad es un momento de conversión espiritual personal y sanación interior. Sin duda, es una ocasión para pedir misericordia para uno mismo y para la propia familia, pero también un momento para dirigirse a Dios y a María, confiándoles nuestra nación, en su composición interreligiosa, y rezar por el Papa y por la paz en el mundo».

León XIV, al término del mes de mayo, dedicado a la Virgen María, recitando el rosario en los Jardines Vaticanos, lo definió como «un gesto de fe con el que, de manera sencilla y devota, nos reunimos bajo el manto maternal de María».

Este año, añadió el Pontífice, «recuerda algunos aspectos importantes del Jubileo que estamos celebrando: la alabanza, el camino, la esperanza y, sobre todo, la fe meditada y manifestada coralmente». La fe que desde Mariamabad se anuncia a Pakistán y al mundo entero.

Crédito de la nota: Vatican News.