El papa Francisco se reunió con un grupo de empresarios mexicanos en el Vaticano y les dirigió un breve saludo invitándolos a cuidar la relación con el Señor para ser signo de la presencia de Dios. Los encomendó a la Virgen de Guadalupe y les pidió cuidarla así como es: sencilla, negrita, sin ideologizarla.