«Los rehenes siguen en manos de los yihadistas», afirma Mons. Martin Adjou Moumouni, obispo de N’Dali, diócesis de Benín en cuyo territorio se encuentra la aldea de Kalalé, atacada el 10 de septiembre por un grupo yihadista procedente de la vecina Nigeria. Los atacantes regresaron a su país llevándose consigo a seis habitantes de la aldea, que aún permanecen secuestrados.