En su alocución antes de rezar el Regina Caeli en el lunes de la Octava de Pascua, el Papa reflexionó sobre la importancia de no desanimarse, de superar los miedos y las angustias, como las mujeres que encontraron el sepulcro vacío cuando fueron a honrar el cuerpo de Jesús, y luego se encontraron con el Señor cuando lo anunciaron.