Lanzada hoy con una nota de prensa del Dicasterio al Servicio del Desarrollo Humano Integral, la campaña de oración de 40 días de oración, basada en los objetivos de la encíclica del Papa, está dirigida a las comunidades adheridas a la «Plataforma de la iniciativa Laudato si’», y se divide en siete días, tantos como las comunidades que conforman el proyecto: los lunes son de familias, negocios el martes, hospitales el miércoles, instituciones educativas el jueves, organizaciones y grupos el viernes, órdenes religiosas el sábado, y parroquias y diócesis el domingo.
La clausura será el 14 de noviembre, en la Jornada Mundial de Oración por los Pobres, fecha en la que se invitará a los miembros de la Iglesia universal a comprometerse firmemente en la creación de sus propios «Planes Laudato si’» y pautas para planificar el logro de los objetivos, tales como: respuestas al clamor de la tierra y los pobres, economía ecológica, adopción de estilos de vida sostenibles, educación y espiritualidad ecológica, compromiso comunitario y acción participativa.
En 2018, un grupo de científicos dio la alarma: si para 2030 no revertimos las tendencias actuales en las emisiones de gases de efecto invernadero, los dramáticos cambios climáticos que ya estamos experimentando se volverán irreversibles. De ahí surgió un renovado sentido de urgencia de la Iglesia Católica, que sugirió la necesidad de acelerar la transformación invocada por la encíclica Laudato si’del papa Francisco.
El Santo Padre quiso que la celebración del año especial del 5º aniversario de esta encíclica relanzara su mensaje e invitara a una acción decisiva y radical. Esta iniciativa luego se convirtió en una empresa mucho más grande: el compromiso de completar la transición a la ecología integral para 2030, involucrando a todo el mundo católico. El Dicasterio para la Promoción del Desarrollo Humano Integral ha sido el encargado de la dirección general de este camino, conocido como Plataforma de Iniciativas Laudato si’ (PILS), lanzado oficialmente el 25 de mayo de 2021.
Se trata de un espacio donde instituciones, comunidades y familias pueden aprender y crecer juntos. Todos están cordialmente invitados a unirse a esta comunidad y, para facilitar la participación de todo el mundo católico, se han pensado siete sectores de participación: familias, parroquias / diócesis, instituciones educativas, instituciones de salud, realidades económicas, organizaciones sociales e institutos religiosos.
El camino propuesto es de tipo «sinodal» para constituir un movimiento global, respetando y potenciando las diferencias, que en conjunto y para el 2030 quiere transformar las condiciones socioeconómicas, ambientales y culturales que están llevando al planeta al borde de la irreversibilidad de el cambio climático, con todas sus consecuencias, y la exclusión, el empobrecimiento, la explotación y el despilfarro de la mayoría de la humanidad.
Crédito de la nota: www.comboni.org