Cada semana, nigerianos inocentes pierden la vida en atentados terroristas en lugares de culto, viviendas y medios de transporte, y muchos resultan también heridos o secuestrados. Este pasado fin de semana, otros dos sacerdotes católicos fueron asesinados en ataques separados. El primero, el padre Vitus Borogo, fue asesinado el sábado 25 de junio en la granja de la prisión de Kaduna, mientras que el padre Christopher Odia Ogedegbe, fue secuestrado y asesinado el domingo 26 de junio cuando se dirigía a misa en Auchi, estado de Edo.
«Este es el tercer ataque sólo en este mes y el último de los 15 que se han producido en las 17 comunidades parroquiales este año», ha declarado el padre Francis Agba, párroco de la parroquia de San Agustín, en el estado de Kaduna.
Los crímenes contra las víctimas fueron perpetrados en sus respectivas diócesis nigerianas. El padre Vitus Borogo, era capellán de la comunidad católica del Politécnico del Estado de Kaduna, así como presidente de la Asociación de Sacerdotes Católicos Diocesanos de Nigeria. El padre Christopher Odia, era párroco de la iglesia católica de San Miguel, en Ikabigbo, así como director de la escuela secundaria católica de San Felipe, en Jattu.
Según un medio de comunicación nigeriano, durante el secuestro del padre Odia también murieron a tiros un sirviente de la misa y un vigilante local.
Hasta la fecha, 900 cristianos han sido asesinados entre enero y marzo. El país de África Occidental se enfrenta a una oleada de violencia por parte de bandas armadas que suelen cometer asesinatos y secuestros para pedir rescate, principalmente en comunidades rurales desprotegidas. Desde 2009, cuando surgió la insurgencia de Boko Haram, uno de los mayores grupos islamistas de África, que pretende convertir el país en un estado islámico, Nigeria vive en un estado total de inseguridad.
El domingo 5 de junio de 2022, hombres armados no identificados atacaron la Iglesia de San Francisco en Owo, Estado de Ondo, causando muertos y heridos. El día anterior, sábado 4 de junio, otro sacerdote católico fue secuestrado en Obangede, en el Estado de Kogi. También se ha informado de que unos días antes del ataque a la iglesia católica de San Francisco Javier, unos hombres armados habían atacado la Iglesia Celestial de Cristo, una parroquia de Oshofa, en el estado de Ogun.
Posteriormente, el 19 de junio se produjeron nuevos atentados con víctimas mortales y secuestros en la iglesia católica de San Moisés y en la iglesia baptista de Maranatha, en el área de gobierno local de Kajuru, ambas en el estado de Kaduna.
Crédito de la nota: Agencia Fides.