Entre fotos, apretones de manos y bromas sobre sus problemas de salud en la rodilla, el papa Francisco, durante su saludo a cada uno de los periodistas que le acompañan en su viaje a Kazajistán, recibió un regalo especial. Una «pagne», una estola, una prenda típica de Mozambique –donde se le llama capulana–, pero también de muchos pueblos africanos, especialmente de África subsahariana, que simboliza la vida. Es un regalo especial en memoria de alguien que perdió la vida, precisamente en suelo mozambiqueño: la hermana María De Coppi, la misionera comboniana asesinada durante un asalto a la misión de Chipene entre la noche del 6 al 7 de septiembre.
Símbolo de la vida
La encargada de entregar la prenda, de color negro con dibujos blancos, al Papa fue la periodista de la emisora española Radio Cope, Eva Fernández, que en muchas ocasiones ha actuado como intermediaria para llevar importantes regalos al papa Francisco durante los viajes papales.
Esta vez, junto con la capulana, la corresponsal también entregó al Pontífice una nota explicando el significado de la manta, que, según leemos, se utiliza para envolver a los recién nacidos o para atarlos a la espalda de su madre una vez que han crecido. «Pertenece a la mujer, incluso a la más pobre, porque con ella se ocupa de la vida, de principio a fin».
La capulana también adorna la cabeza de las muchachas que se casan y se agradece a sus madres la crianza de sus hijas regalándoles capulanas de material lujoso. Las liturgias también se adornan con capulanas, que en diferentes colores expresan la fe del pueblo y el misterio de la vida de Jesús. Cuando alguien cae enfermo, se le cubre con esta estola, y cuando muere, se le baja a la tierra con la capulana.
Regalo de las Hermanas Combonianas
En definitiva, es más que una prenda, más que una vestimenta. Es la representación textil de la vida de todo un pueblo y toda una nación. De hecho, el Papa quedó muy impresionado por el gesto de ellas que ha definido como «hermanas de las periferias». En un comunicado, las hermanas explican que han decidido enviar, a través de Eva Fernández, este regalo al Pontífice «para presentar al papa Francisco, la vida del pueblo mozambiqueño, que en este momento necesita cuidados, ser protegido con la capulana de la oración, la justicia, la proximidad, la solidaridad».
De hecho, muchos en Mozambique –donde desde 2017, especialmente en la zona de Cabo Delgado y sus alrededores diversos grupos yihadistas y terroristas han perpetrado una violencia que ha obligado a huir a casi 800 mil personas– lloraron el asesinato de la hermana De Coppi y se mostraron conmocionados por el brutal epílogo que puso fin a una vida de 83 años, unos 60 de ellos dedicados al servicio, siempre realizado «con amor» y centrado en la formación de las mujeres. «Que su testimonio dé fuerza y valor a los cristianos y a todo el pueblo mozambiqueño», dijo el Papa en el Ángelus del 11 de septiembre.
Una misión que avanza, sin miedo
«La muerte de nuestra hermana regenerará la vida misionera en Mozambique y en todo el mundo», escriben los combonianos. «Con inmenso dolor por el asesinato de nuestra hermana, María De Coppi, y por el ataque a la misión de Chipene (Mozambique) el pasado 6 de septiembre, las hermanas Misioneras Combonianas queremos reafirmar nuestro compromiso de permanecer unidas en la oración, la solidaridad y la misión, justo cuando el trabajo es más duro. Los pasos de los misioneros en esta tierra no se detienen por la violencia. La muerte de nuestra hermana se convertirá en una semilla que regenerará la vida misionera en Mozambique y en todo el mundo».
Crédito de la nota: Vatican News.