«Fui forastero y me acogiste, tuve hambre y me diste de comer». Con este pasaje bíblico, el cardenal Álvaro Ramazzini, obispo de Huehuetenango, Guatemala, fundamentó su reflexión teológica ante la 6ª Asamblea General de la Red Clamor, que concluyó el 14 de septiembre.
Ayer, 14 de septiembre, finalizó la 6ª Asamblea General de la Red Clamor. Durante su intervención, el cardenal Álvaro Ramazzini, obispo de Huehuetenango, Guatemala, fundamentó su reflexión teológica con el pasaje bíblico que dice: «Fui forastero y me acogiste, tuve hambre y me diste de comer».
Iglesia sin fronteras y familiar
El purpurado propuso una provocación a los 80 participantes, a quienes dijo: «Hay que entender a los migrantes (y a la migración) como un lugar teológico», una premisa basada en la Sagrada Escritura y muy presente en la V Conferencia de Aparecida (2007), porque en el número 412 del documento final –redactado por el entonces cardenal Bergoglio, ahora Papa– se establece que «la Iglesia, como Madre, debe sentirse a sí misma como Iglesia sin fronteras, Iglesia familiar, atenta al fenómeno creciente de la movilidad humana en sus diversos sectores».
En efecto, explicó el purpurado, «“cuando acogiste a uno de mis hermanos y hermanas, a mí me acogiste”. Esa frase evangélica la hemos olvidado y muchas veces nuestros católicos que van a misa el domingo olvidan esto», manifestando, «actitudes de rechazo. ¿No reconocemos la presencia de Jesús, que se hace migrante entre los migrantes?»
Apasionados por el Reino de los cielos
Tal como informa la Agencia de Noticias del CELAM (ADN CELAM), el cardenal insistió en la necesidad de «reconsiderar y tomar de nuevo el tema migratorio como un lugar teológico». Preguntó: «¿Lo estamos haciendo así? Y si lo estamos haciendo así, ¿estamos tratando de contagiar esta mentalidad a otros o nos quedamos anclados a viejos estereotipos?»
En otro momento, afirmó que «muchos de nosotros somos apasionados por este tema»; de lo contrario, «estaríamos aquí perdiendo el tiempo. Es decir, esto es un asunto de apasionamiento por el reino de los cielos, que se hace presente y aquí en nuestras sociedades».
«¿Qué significa, entonces, “lugar teológico”? Entendemos que es un lugar privilegiado para descubrir la presencia de Dios: yo fui un forastero y tú me acogiste, bendito de mi Padre, ven a gozar del premio eterno preparado para ti», acotó.
Salir del gueto clerical
Para el purpurado «no podemos quedarnos encerrados», incluidos «mis hermanos obispos, y se lo digo con mucho respeto», puesto que si bien podemos optar por quedarnos «encerrados en nuestro gueto clerical, donde vamos a estar muy bien defendidos, ¿dónde nos defendemos unos a los otros para poder calmar nuestra conciencia?»
En misión permanente
El cardenal Ramazzini propuso dos claves indispensables para el desarrollo de una Iglesia acogedora y samaritana: mentalidad y espiritualidad. Ambas se complementan y tienen que ver con la actitud de apertura al Espíritu. De hecho afirmó:
«En Aparecida, nosotros, los obispos que participamos, nos declaramos en estado de misión permanente y que no ha terminado todavía. Nos declaramos en estado de misión permanente por decisión».
Y añadió que una Iglesia que «no ayude a hacer crecer en mentalidad ni espiritualidad debe ser cambiada». Recordó que «siempre hemos dicho: nadie en la Iglesia es extranjero, recordando esa cita de los primeros signos de la Iglesia».
En definitiva, concluyó, se trata de una tarea de las conferencias episcopales y las diócesis que «deben asumir proféticamente» y «unificar criterios, no para uniformar, ni para imponer, sino para establecer una permanente atención a los migrantes, refugiados, desplazados y víctimas de trata».
Crédito: Vatican News