Además del drama de Ucrania y Gaza, hay muchas otras situaciones de desplazamiento y personas en busca de refugio que merecen la atención de las instituciones internacionales. Es el caso de los refugiados de los países vecinos acogidos en Ghana, en particular en la región del Alto Este.
Aquí es donde el Nuncio Apostólico en Ghana, el Arzobispo Henryk Mieczyslaw Jagodzinski, ha visitado la diócesis de Navrongo-Bolgatanga y ha reafirmado el compromiso de la Iglesia católica con la protección y la asistencia de las personas vulnerables, independientemente de su origen y creencias religiosas, y ha dicho que estas, incluidos los desplazados, los pobres y los considerados «indeseables», son muy queridas por el papa Francisco, que en sus predicaciones, enseñanzas y programas ha abogado y pedido constantemente consuelo y apoyo para estas personas.
«Por supuesto, nuestra misión como Iglesia católica es espiritual, nuestro objetivo es la salvación del alma», ha dicho monseñor Jagodzinski. «Pero como escribe Santiago en su carta, la fe sin obras está muerta y no sólo debemos proclamar el amor al prójimo, sino también hacer algo por los demás».
Hoy, 22 de febrero, está previsto que el Nuncio Apostólico visite los Centros de Acogida y Reasentamiento de solicitantes de asilo de Tarikom, en el distrito de Bawku Occidental, para obtener información de primera mano sobre la situación, de los refugiados procedentes principalmente de Burkina Faso, de donde huyeron a causa de los ataques de los yihadistas.
Stephen Yakubu, ministro regional del Alto Este y presidente del Consejo Regional de Seguridad, ha declarado que más de mil 160 solicitantes de asilo han sido trasladados a centros de acogida y reasentamiento, y ha elogiado a la Iglesia católica, en particular a la diócesis de Navrongo-Bolgatanga, por ayudar a gestionar la situación.
La Iglesia católica de Ghana ayuda tanto a los emigrantes internos como a los refugiados de los países vecinos. Los primeros son sobre todo jóvenes migrantes vulnerables (en su mayoría menores) que emigran de las zonas rurales a las urbanas, generalmente de norte a sur. Una red formada por varias congregaciones y organizaciones se moviliza para ayudar a estas personas: los Salesianos (SDB), las Hermanas Misioneras Siervas del Espíritu Santo (SSpS) y las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl.
En el segundo caso, además de los solicitantes de asilo en Ghana que huyen de las amenazas yihadistas en los Estados vecinos, la Iglesia asiste también a varios emigrantes que cruzan el desierto en busca de destinos internacionales más allá de Ghana, y se implica especialmente con «Justicia y Paz» contra el tráfico de seres humanos.
Crédito de la nota: Agencia Fides.