A través de la hermana Blanca Nubia López y de los agentes pastorales de la arquidiócesis colombiana de Cartagena, se sigue salvando a niñas y adolescentes de la violencia, explotación sexual y del flagelo de la trata de personas.
«Niña, levántate», es la traducción de Thalitha Qum, una expresión escrita en arameo, tomada del evangelio de Marcos (5, 41), cuando Jesús le dice a una niña de 12 años que había muerto: «A ti te lo digo, niña, levántate».
Como en aquel tiempo, desde hace diez años, en la arquidiócesis de Cartagena, tal como informa la Conferencia Episcopal de Colombia, es Jesús quien, con su amor y misericordia, a través de la hermana Blanca Nubia López y de los agentes pastorales de esta Iglesia particular, continúa salvando a niñas y adolescentes de la violencia, explotación sexual y del flagelo de la trata de personas.
Se trata de una misión que se desarrolla, especialmente, en San Francisco, La María y La Candelaria, tres barrios de la capital del departamento de Bolívar, ubicados alrededor de la Ciénaga de la Virgen.
A propósito del Día de la Mujer, fecha en la que el mundo entero reflexionó y destacó la lucha legítima de las mujeres por el respeto de sus derechos, dignidad e igualdad, la Iglesia católica en Colombia reconoce y destaca, de manera especial, obras como esta que propenden por la cultura del cuidado hacia las mujeres, especialmente de las más vulnerables.
«La obra Thalitha Qum, es una zarza ardiente que simboliza lo sagrado de cada vida humana, un lugar del corazón de Dios mismo en ella, por eso merece nuestro respeto y abnegación en todo lo que ha realizado durante estos diez años».
Primera década del programa
Así la describió monseñor Luis Manuel Alí, obispo auxiliar de Bogotá y secretario general de la Conferencia episcopal de Colombia, quien acompañó la reciente celebración de la primera década del programa.
A través esta iniciativa, de la que forman parte muchas mujeres con diferentes papeles pastorales y psicosociales, se brinda protección y acompañamiento en la formación y empoderamiento de las niñas y adolescentes que viven en estas zonas periféricas. Además, se extiende a instituciones educativas y líderes comunitarios para que sean multiplicadores de las estrategias de prevención y sepan activar rutas de atención efectivas ante este tipo de situaciones que tanto dolor causan.
Enfoque pedagógico
El programa cuenta con un enfoque pedagógico que acude de manera particular a la cultura del teatro y la danza. Desarrollan actividades lúdicas enfocadas en el reconocimiento de sus derechos. También organizan salidas de campo para realizar ollas comunitarias, a través de las cuales buscan sensibilizar a las comunidades sobre estas problemáticas.
Thalitha Qum cuenta con una política de protección, seguridad, cuidado y salvaguarda que, aunque son cuatro palabras que parecen significar lo mismo, permiten «insistir a tiempo y a destiempo que los niños y niñas no se tocan, y que tenemos que empoderarnos para que sean capaces de protegerse y de ayudar a otros niños, niñas, adolescentes y familias», así lo expresa la hermana Blanca López, fundadora y directora de la obra.
Diez años transformando vidas
En medio de un significativo evento público en la Plaza de los Coches, junto a la emblemática Torre del Reloj de «La Heroica», la arquidiócesis de Cartagena conmemoró esta década de existencia de Thalitha Qum. Contó con la presencia de autoridades eclesiales y locales, pero las beneficiarias del programa fueron las protagonistas.
La conmemoración
El evento, presidido por monseñor Francisco Javier Múnera Correa, arzobispo de Cartagena, estuvo acompañado por el cardenal Jorge Enrique Jiménez Carvajal, arzobispo emérito y de monseñor Luis Manuel Alí Herrera, obispo auxiliar de Bogotá y secretario del episcopado quien también agradeció por los años de servicio abnegado por la protección de los más vulnerables.
«Las niñas nos han regalado conciencia, nos han ampliado conciencias en las muestras que hemos evidenciado en este escenario. Esto sugiere nuestro compromiso, un compromiso que es de todos los que estamos acá. Crecemos en conciencia y adquirimos un compromiso. La tercera palabra que resume esta gran celebración es cooperación porque esta conciencia adquirida, que motiva un compromiso nos involucra a todos y todas».
Lo afirmó monseñor Múnera, a propósito de lo vivido durante la conmemoración. Además, tanto la fundadora del programa, como el cardenal Jiménez, manifestaron la necesidad de llevar esta obra a otras comunidades.
«Thalitha Qum lleva diez años transformando vidas, ha sido un camino muy esperanzador. En estos diez años llegamos a tres barrios de nuestra ciudad, pero la idea es seguir creciendo, llegando a otros rincones y siendo referentes en otros territorios. Nuestro sueño es extender la atención a niños, y adolescentes, una comunidad también afectada por este flagelo en la ciudad y esperamos que con nuestros aliados podamos hacer crecer esta misión», así lo expresó la hermana Blanca López.
Crédito de la nota: Vatican News.