En Filipinas, más del 82 por ciento de los aproximadamente 110 millones de habitantes son católicos. Entre las celebraciones religiosas, la procesión del «Nazareno Negro» es una de las más famosas y populares. La estatua representa a Jesús doblado bajo el peso de la Cruz. Fue traída a Manila, capital filipina, por un sacerdote agustino español en 1607 a bordo de un barco procedente de México. Según la tradición, el barco se incendió durante el viaje, pero la imagen de Cristo escapó milagrosamente del fuego volviéndose negra.
Por primera vez, uno de los acontecimientos religiosos más importantes de Filipinas, el aniversario del Nazareno Negro fue fiesta nacional. En su homilía, el arzobispo de Manila destacó la relación entre vida y esperanza, con Jesús «invirtiendo» la perspectiva. Para los católicos, el Nazareno es la «expresión y el testimonio de la fe».
«Confía y sigue a Jesús». Esta es la invitación lanzada por el cardenal Jose Advincula, arzobispo de Manila, durante la homilía de la misa en el aniversario del «Nazareno Negro». Fiesta nacional por primera vez, después de que la Conferencia Episcopal Filipina (CBCP) votara su aprobación, el servicio fue una oportunidad para exhortar a los fieles a rehuir los deseos mundanos, los vicios y las tentaciones, buscando la plena realización en Cristo.
La fiesta es uno de los acontecimientos más importantes para la Iglesia en Filipinas, único país de mayoría católica de Asia y vinculado a la estatua de madera de Cristo, de 100 años de antigüedad. Cada año, el traslado de la sagrada escultura desde su emplazamiento original, la iglesia de San Nicolás de Tolentino, hasta la parroquia de Quiapo, en la capital, concluye con una novena (31 de diciembre-9 de enero) a la que acuden millones de personas para pedir una gracia personal o un milagro. La estatua de tamaño natural del Nazareno Negro, cubierta de cristal para evitar que los fieles suban como antaño, desfila en procesión por el corazón de Manila, tras una misa celebrada durante la noche. Un acontecimiento con un fuerte significado espiritual, que revela el estrecho vínculo entre fe, sociedad y tradición.
Según fuentes eclesiásticas, más de 230 mil devotos estuvieron presentes en la salida de la procesión. La Conferencia Episcopal aprobó la designación del 9 de enero como «Día Nacional de Jesús Nazareno» durante su 126ª asamblea plenaria. El tema elegido para la edición de este año fue «La obediencia es mejor que el sacrificio para los que confían en Jesús» y está tomado del primer libro del profeta Samuel (15:22).
Católicos de distintas clases sociales participaron en las actividades, reflejando su fe y unidad junto a los millones de fieles de todo el país, mientras 14 mil policías y agentes velaban por la seguridad de los oficios.
En el pasado, un prelado filipino, monseñor Sabino Vengco, afirmó que el color oscuro está relacionado con el uso de madera de mezquite. La procesión conmemora el primer traslado de la estatua, que tuvo lugar el 9 de enero de 1767. A lo largo de 7 kilómetros de traslado, que dura varias horas, los fieles acuden a tocar o besar la escultura en señal de devoción, lo que crea grandes aglomeraciones.
Crédito de la nota: AsiaNews