La Santa Sede publicó el pasado 18 de marzo los decretos firmados por el papa Francisco
sobre las virtudes heroicas de siete figuras de la Iglesia, un obispo, tres sacerdotes y tres
religiosas misioneras, muertas de ébola mientras asistían a enfermos de esta enfermedad en
el Congo.
Se trata de las hermanas Annelvira Ossoli (1936-1995), Vitarosa Zorza (1943-1995) y
Danielangela Sorti (1947-1995) que fallecieron en mayo de 1995, en Kikwit, República
Democrática del Congo, durante una epidemia de Ébola. Las tres religiosas se suman a sus
hermanas de congregación, las Hermanas de las Pobres – Instituto Palazzolo, Floralba
Rondi, Clarangela Ghilardi y Dinarosa Belleri, cuyas virtudes heroicas también fueron
reconocidas por la Santa Sede el pasado 20 de febrero.
Las vidas de estas seis religiosas fueron una entrega constante a los demás. Dinarosa
Belleri, nacida en Brescia, llegó al Congo en 1966, estuvo 17 años en el Centro
Hospitalario Mosango, hasta que se trasladó, en 1983, a Kikwit. Allí trabajó entre leprosos
y personas afectadas de tuberculosis y todo tipo de pacientes hasta que, en 1995, llegó el
ébola. Ni se le pasó por la cabeza dejar el cuidado de los enfermos. Murió el 14 de mayo de 1995. Antes habían fallecido otras tres hermanas de la misma congregación y dos morirían
más tarde. Todas fallecidas por el ébola.
La investigación diocesana, para determinar la naturaleza heroica de las virtudes cristianas
de estas seis hermanas, tuvo lugar en la misma diócesis donde habían dado sus vidas
cuidando a los enfermos, en la de Kikwit. Se desarrolló del 28 de abril de 2013 al 23 de
febrero de 2014, para dar paso a la fase romana en la Congregación para las Causas de los Santos. Los restos de las seis religiosas, a petición expresa del obispo de Kikwit, Mons.
Edouard Mununu, reposan frente a la catedral de Kikwit.
Crédito de la nota: OMPRESS