El 20 de junio, Día Mundial del Refugiado, ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, celebra el valor, la fortaleza y la resiliencia de los millones de personas que se ven obligadas a huir de los conflictos, la violencia, las violaciones de los derechos humanos y la persecución, y reafirma su derecho a ser protegidas y a reconstruir sus vidas con dignidad, sean quienes sean y vengan de donde vengan, siempre. El día 20 de junio fue elegido para conmemorar la firma de la Convención sobre el estatuto de los refugiados por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
No sólo asilo
La protección no termina con el acceso al asilo, sino que se manifiesta concretamente a través de un proceso justo de integración social y económica en el país de acogida. En este Día Mundial del Refugiado, el ACNUR se une a quienes en Italia se ponen a disposición para encontrar soluciones duraderas y sostenibles que permitan a los refugiados superar los traumas, aprovechar su talento y contribuir a su país de acogida.
La protección va acompañada de derechos
«No hay verdadera protección sin el acceso efectivo a los derechos, a la integración y a la inclusión social, y esto es tarea y responsabilidad de toda la sociedad», declaró Chiara Cardoletti, representante del ACNUR para Italia, la Santa Sede y San Marino. Sólo trabajando juntos –gobierno, sociedad civil y sector privado– podemos marcar la diferencia». Sobre protección e integración se debatirá el 20 de junio en una mesa redonda titulada «Refugiados, del asilo a la integración: asociaciones y soluciones innovadoras para una crisis sin precedentes» en el Centro de Conferencias Palazzo Rospigliosi de Roma. Representantes de instituciones, del tercer sector, del mundo académico, refugiados y del sector privado discutirán acerca de cuestiones. Durante la mañana también se hará la entrega oficial de la Remera Rosa de la Vuelta Femenina 2022 (Giro Donne, en italiano) dedicado a ACNUR.
Llamamiento de Cáritas
Caritas Internationalis «levanta su voz y expresa preocupación por la falta de solidaridad internacional para acoger a los refugiados y solicitantes de asilo sin discriminación. Los pedidos de seguridad y de una vida digna para los refugiados han sido en gran medida desoídos». En los primeros meses de 2022, más de 100 millones de personas se vieron obligadas a desplazarse en todo el mundo debido a la persecución, los conflictos, la violencia o las violaciones de los derechos humanos y las catástrofes climáticas, registrando los niveles de desplazamiento más altos jamás observados. «Hoy vemos también cómo estos factores –dice Caritas Internationalis– se convierten en propiciadores del desplazamiento y no pueden considerarse de forma aislada».
Además, la seguridad, la dignidad y los derechos humanos de los solicitantes de asilo «están en peligro, debido a los acuerdos que han creado muros físicos y legales mediante la externalización de los controles fronterizos regionales y los procesos de asilo externalizados». A través de los corredores humanitarios, los miembros de la Confederación de Cáritas de Europa, Oriente Medio y África, junto con otras organizaciones religiosas, ayudaron a los solicitantes de asilo vulnerables que huían de los conflictos y la violencia a llegar a destinos seguros y a comunidades acogedoras donde pudieran reiniciar sus vidas. Han apoyado el rescate y el desembarco seguro de personas cuyas vidas corren peligro en el Mediterráneo y en todo el mundo.
Crédito de la nota: Vatican News.