«Conocen muy bien la realidad que estamos viviendo. La guerra está en curso desde el 7 de octubre: bombardeos en Gaza por parte de Israel tras los ataques de Hamas. Aquí en Jerusalén, donde vivo, la situación es anómala, pero pacífica. No hay peregrinos, no hay turistas».
La hermana Giovanna Sguazza, misionera comboniana en Tierra Santa, está viviendo estos días cargados de violencia junto a sus hermanas y a toda la población. Desde la tierra de Jesús, exhorta a todos a unirse en oración para pedir el don de la paz. «Yo soy una de las ocho hermanas combonianas que viven en Cisjordania, muy cerca del muro de separación. Conocemos bien la realidad palestina e israelí. Todo lo que podemos hacer es rezar, el Señor de la Paz, Shalom, está ahí y vendrá».
«La situación es dramática, da miedo», añade la misionera. «Hay muchos controles militares en casi todas partes. Los viernes, día de oración, hay guardias por toda la ciudad».
La hermana Giovanna comparte las palabras repetidas en los últimos días por el Patriarca latino de Jerusalén, el cardenal Pierbattista Pizzaballa, sobre el nuevo tiempo de atrocidades y violencia que ensangrienta Tierra Santa. «El cardenal Pizzaballa –dice la hermana Giovanna– ha descrito muy bien la situación, y yo, que soy comboniana, me uno a él. Ponemos todo en las manos y en el corazón de Jesús».
«Aquí en Jerusalén –añade la religiosa– muchas iglesias han puesto en marcha iniciativas de oración y nosotras caminamos con confianza. Pido a todos que se unan a nosotros en la oración», concluye la hermana Giovanna.
En su audiencia general del miércoles 18 de octubre en la Plaza de San Pedro, el papa Francisco invitó a todos a dedicar la jornada de hoy, viernes 27 de octubre, a la oración y al ayuno para invocar el don de la paz en todo el mundo.
Crédito de la nota: Agencia Fides.