Además de la guerra, Sudán sufre el avance de enfermedades que agravan la crisis humanitaria, con una alerta sanitaria por la propagación del cólera. Según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA), entre julio de 2024 y finales de mayo de 2025 se han registrado 83 mil casos de cólera, de los cuales 32 mil corresponden a 2025, con un pico en mayo pasado, y más de 2 mil muertes.
La emergencia afecta a 16 de los 18 estados del país, concentrándose el 70% de los casos en El Gezira, El Gedaref, Jartum y Nilo Blanco. La capital, Jartum, es la ciudad más afectada, con 22 mil casos contabilizados.
Aunque la propagación se concentra en la zona oriental, las regiones occidentales, incluido Darfur, tampoco se libran del avance de la enfermedad. Según datos de Médicos Sin Fronteras (MSF), los casos en el oeste están aumentando, aunque la situación dificulta el control y el seguimiento de la epidemia, dado que la zona está bajo el control de las Fuerzas de Apoyo Rápido. MSF ha abierto un centro de tratamiento en el hospital de Nyala, en Darfur del Sur, tras registrarse 250 muertes y 279 casos desde finales de mayo.
Los efectos del conflicto son la causa principal de la epidemia de cólera. Los combates destruyen hospitales y sistemas de alcantarillado y dejan cadáveres sin enterrar, favoreciendo la propagación del cólera. En Jartum, el 72% de las instalaciones sanitarias están fuera de servicio, mientras la OMS y UNICEF intentan mantener en funcionamiento los centros de salud. La campaña de vacunación enfrenta grandes dificultades: de tres millones de dosis enviadas, casi la mitad se destinaron a Jartum, donde se vacunaron 1,3 millones de personas. Se espera la llegada de otros tres millones de dosis en las próximas semanas, pero la entrega rápida enfrenta enormes obstáculos logísticos debido al conflicto.
El cólera no es la única amenaza sanitaria. La malaria ha vuelto a convertirse en emergencia en 14 estados, mientras que también se han lanzado alertas por dengue, sarampión y rubéola. Se estima que tres millones de niños menores de cinco años corren riesgo de contagio. En respuesta, el Ministerio de Sanidad de Sudán, en colaboración con UNICEF y el Fondo Mundial, ha iniciado la distribución de más de 16 millones de mosquiteras para proteger a más de 28 millones de personas, especialmente ante la temporada de lluvias, que aumenta el riesgo de estas enfermedades.
Los más afectados por esta crisis sanitaria son quienes han tenido que abandonar sus hogares y viven en condiciones precarias. Más de ocho millones de sudaneses son desplazados internos y más de 3,5 millones han buscado refugio en países vecinos como Egipto, Sudán del Sur, Chad, Libia, República Centroafricana, Uganda y Etiopía. Muchos de los desplazados internos se encuentran en las regiones orientales, donde el cólera se propaga con mayor fuerza, y en Darfur.
Crédito de la nota: Agencia Fides.