¿Qué pueden tener en común Eya Hegnon (costurera), Agnes Sokpo (reflexóloga), Benedicta Sokpo (psicóloga), Christine Munetu (pastelera), Rebecca Ama Agboli (pastelera), Mamatou Akpo Sotondji (tendera), Dorcas Fleur Kpodo (fundadora de un orfanato) y Noeline Ezan Akossiwa (peluquera en prácticas), con tantas otras mujeres en África? La experiencia del abandono, de la violencia, de la soledad, del desempleo. Si no fuera por las Hermanas de la Providencia, por las Hermanas de María Madre de la Iglesia y por las religiosas que pertenecen a otras congregaciones, estas mujeres estarían todavía abandonadas, solas y desempleadas. Ellas son las mujeres invisibles a las que el documental de 30 minutos, In-Visibles, quiere hacer visibles.
Éste se podrá ver por primera vez el próximo sábado por la mañana, durante la asamblea general de la Unión mundial de las organizaciones femeninas católicas (Umofc) que se celebra en Roma. La presidenta de la Umofc y del Observador mundial de las mujeres (Omd), María Lía Zervino, explica que In-Visibles quiere cumplir la misión del Observador mundial de las mujeres de «dar visibilidad a las mujeres que, para muchos, son invisibles, que quedan sumergidas en el océano de lo que el Papa llama ‘globalización de la indiferencia.’ Y queremos también dar visibilidad a la obra de las monjas».
La Umofc ha decidido que la mejor forma para «sensibilizar sobre los sufrimientos de las mujeres en África a causa de la violencia de género» fuera realizar una película en el lugar», explica María Lía. «El arte es la manera en la que más fácilmente podemos abrirnos a otra realidad, tomar conciencia de lo que sucede, de la situación, de las experiencias y de las mujeres que han sufrido violencia, pero que, gracias a la ayuda de las monjas, de las Congregaciones, también de las mujeres laicas, ahora han podido encontrar el sentido de su vida y formar una familia integrada en la sociedad e ir adelante».
Lia Beltrami, administradora delegada de Aurora Vision, es la encargada del Omd para la producción del documental. «La idea, cuando se me propuso, me gustó enseguida porque es un poco el compromiso de una vida», dice. Después de haber identificado una zona entre el Togo y Ghana «empezamos trabajando juntas, junto a las mujeres, porque la mujer en África –en este caso– vive sufrimientos grandísimos que son comunes un poco a todas las zonas».
Lia elige a la hermana Eleonora Agassa, de las Hermanas de la Providencia, como asistente de dirección. «Me gustaba muchísimo la idea de trabajar con una monja… una tipología de monja diferente respecto a ese prototipo al que estamos acostumbrados», refiriéndose al hecho de que sor Eleonora es antropóloga y está estudiando para obtener la licenciatura en comunicación. «La historia tan hermosa que hay detrás –prosigue Lia– es que la madre de sor Eleonora está en el grupo Umofc del Togo. Y sor Eleonora, por tanto, se convierte en monja ya dentro de esta idea, donde la asociación de mujeres católicas laicas trabaja junto con las monjas por el bien de las mujeres, de todas las mujeres de la comunidad».
La competencia de sor Eleonora ha sido fundamental para la realización de esta película, revela Lia. «Su precisión y su determinación han sido fundamentales. Pero también su sensibilidad para identificar las historias para contar: porque ella enseguida organizó todas las reuniones», con las diferentes congregaciones de monjas y así redujo el grupo de las mujeres sobre el que concentrarse.
«Esta experiencia fue hermosísima, para mí: ha sido como unas prácticas», dice sor Eleonora. «In-Visibles es como Pascua, porque cuenta la bajada a los sufrimientos más profundos soportados por las mujeres africanas y después su renacimiento, su resurrección. Y en su resurrección, junto a ellas está la figura de las mujeres consagradas».
«Diría –prosigue sor Eleonora– que el documental no muestra todos los sufrimientos de las mujeres africanas, no. Esto es solo una gota. Es como una radiografía. Quizá no solamente de las mujeres africanas, sino de todas las mujeres del mundo». La hermana Eleonora explica una vez más que un aspecto de los sufrimientos que las mujeres africanas llevan dentro de sí es la sensación terrible cuando falta la valentía para abrirse al otro: «la vida se vuelve… se vuelve diría una tumba en la que viven las mujeres».
«Diría incluso que el trabajo de las personas consagradas es precisamente este, esta ayuda que se da no para satisfacer una necesidad momentánea, sino para hacer a la persona autónoma, para que se pueda ganar dignamente la vida. Por esto hago un llamamiento a todas las personas de buena voluntad: ayudad los proyectos de las congregaciones, de las comunidades religiosas que trabajan en este ámbito de autonomía de las mujeres y de las familias».
También María Lía acudió a las grabaciones. «Y realmente para mí personalmente, fue emocionante la experiencia», cuenta. Ya había leído 10 mil encuestas que el Omd había recibido de mujeres africanas de más de 30 países, y había escuchado a cientos de mujeres en los encuentros en pequeños grupos. Todo lo que había escuchado y leído «se ha hecho de carne y hueso, se ha hecho real», recuerda. «Hemos tocado con mano, visto con nuestros ojos y escuchado con nuestro corazón, no hemos entendido solo con nuestro cerebro, hemos hecho que la voz de esas mujeres se hiciera nuestra».
«Por eso el Observatorio ha producido ‘In-Visibles’, gracias a la ayuda de nuestro patrocinador, la Fundación Hilton: queremos crear una red entre congregaciones religiosas y organizaciones civiles para lanzar una campaña global para erradicar gradualmente la violencia contra las mujeres en África».
Crédito de la nota: Vatican News.