En un telegrama firmado por el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, el papa Francisco se mostró «profundamente entristecido al conocer el brutal ataque a un grupo de Religiosas de la Congregación del Sagrado Corazón el pasado domingo, que provocó la muerte de sor María Abud y sor Regina Roba». El Pontífice expresó sus condolencias a las familias y a la comunidad religiosa «por este acto de violencia sin sentido». Añadió que confía en que su sacrificio «haga avanzar la causa de la paz, la reconciliación y la seguridad en la región».
El brutal ataque
Las dos religiosas fueron asesinadas en una emboscada en la carretera que une la capital sur sudanesa, Juba, con Nimule, en la frontera con Uganda. Junto con algunas hermanas y varios fieles, regresaban a Juba tras participar en la celebración del centenario de la creación de la parroquia de Loa, en la diócesis de Torit, donde la iglesia está dedicada a Nuestra Señora de la Asunción. Viajaban en un autobús que fue atacado por hombres armados. Como resultado del ataque, murieron la hermana María, la hermana Regina y otras tres personas, según fuentes locales.
Una carretera sujeta a continuas emboscadas
No es la primera vez que se producen incidentes graves en la carretera que une Juba con Nimule. La mayoría de las mercancías, incluidos los alimentos, que abastecen los mercados de la capital, los más importantes del país, pasan por la carretera, la única pavimentada de Sudán del Sur.
Nigrizia recuerda que cada vez son más frecuentes las emboscadas a convoyes de camiones procedentes de Kampala, la capital ugandesa, y a camiones cargados de contenedores que llegan desde el puerto keniano de Mombasa. La emboscada al convoy de fieles que regresaba de la celebración del centenario de Loa se inscribe en el contexto de un país desgarrado por la violencia y la inestabilidad.
Crédito de la nota: Vatican News.