MĆ”s de 30 personas murieron en las protestas de los Ćŗltimos dĆas contra el gobierno, los impuestos, la corrupción, la injusticia y la pobreza. Ā«Las reivindicaciones de los jóvenes no son escuchadasĀ», afirma el misionero comboniano, padre Kizito Sesana.
Ā«La protesta de los jóvenes no desaparecerĆ” pronto. A estas alturas hay una nueva conciencia en esta generación y toda la clase polĆtica estĆ” totalmente desconectada. Su bandera es el cambio: quieren el fin de la corrupciónĀ»: habla el misionero comboniano padre Kizito Sesana, de 82 aƱos, profundo conocedor de Kenia, donde ha vivido durante dĆ©cadas y fundado varias comunidades e iniciativas sociales en las zonas mĆ”s desfavorecidas de la capital, Nairobi.
Actualmente coordina la Comunidad Koinonia, que acoge a un centenar de niƱos de la calle entre la barriada de Kibera y el barrio de Riruta Satellite, donde vive. El padre Kizito no se cansa de viajar entre Kenia, Zambia y las montaƱas Nuba, en SudƔn, donde dirige un proyecto financiado por 8xmille, de la Conferencia Episcopal Italiana.
La violenta represión
Estas semanas estĆ”n siendo feroces en Kenia. ContinĆŗa el recuento de muertos y heridos, detenciones y desapariciones de jóvenes que protestan desde el 25 de junio, un aƱo despuĆ©s de la manifestación que se cobró 60 vidas. Agresiones, incendios y saqueos estĆ”n a la orden del dĆa. En aquella ocasión hubo 19 vĆctimas, mĆ”s de 500 heridos y 626 detenciones. TambiĆ©n el 7 de julio, aniversario de las históricas protestas de Saba Saba en 1990 -cuando se inició el impulso a la democracia multipartidista-, hubo otros 31 muertos, 107 heridos, dos secuestros y 500 detenidos. Las fuerzas de seguridad utilizan munición letal, balas de goma, gases lacrimógenos y caƱones de agua para sofocar las protestas. Incluso una niƱa de 12 aƱos murió mientras veĆa la televisión en su casa, por un disparo mortal.
Los motivos de la protesta
Los jóvenes protestan contra el mal gobierno, los impuestos, la corrupción, la injusticia y la pobreza, las desapariciones forzadas y la brutalidad policial. Entre los casos mĆ”s recientes que han reavivado la mecha estĆ” el del joven profesor y bloguero Albert Ojwang. Detenido el 7 de junio, fue hallado muerto dos dĆas despuĆ©s en una celda de la ComisarĆa Central de Nairobi con graves signos de violencia, contradiciendo la versión policial que hablaba de suicidio.
«El asesinato de Ojwang fue la gota que colmó el vaso», comentó el padre Kizito, revelando que a veces la violencia durante los enfrentamientos «es provocada por agentes encubiertos para justificar una represión brutal». Incluso la sede de la Comisión de Derechos Humanos de Kenia (Khrc) fue atacada por una banda de hombres armados durante una rueda de prensa en la que se denunciaba «el fin inmediato de las detenciones arbitrarias, las desapariciones forzadas y las ejecuciones extrajudiciales».
Los jóvenes no quieren instrumentalización
Antes del 7 de julio, la Asociación de LĆderes Estudiantiles de Kenia pidió al presidente William Ruto que convocara un diĆ”logo nacional con los jóvenes. Sin embargo, la represión continĆŗa. Ā«A estas alturas se ha creado una conciencia en los jóvenes nacidos despuĆ©s de la nueva Constitución de 2010, que han estudiado en la escuelaĀ», observa el misionero italiano, Ā«estos jóvenes saben lo que significa el respeto de los derechos humanos, la lucha contra la injusticia. Y hoy exigen que se respete la Constitución, que se garantice el derecho de las personas a protestar pacĆficamente, a escribir cosas razonables en las redes sociales. En el pasado los polĆticos podĆan manipularlos, los enviaban como āmilicianosā contra el otro bando. Ahora ya no se dejan utilizar con fines polĆticos, tribales o Ć©tnicos, no salen a la calle bajo ninguna banderaĀ».
Las rigideces del gobierno
Lo que desencadena la ira Ā«es ver a polĆticos que se han enriquecido escandalosamente, impunes, que alardean descaradamente de su riqueza acumuladaĀ». Muchos confĆan en las elecciones de 2027. La opinión pĆŗblica, prosigue el padre Kizito, Ā«estĆ” orientada hacia el cambio. Todo el mundo estĆ” cansado y desearĆa que el Presidente dimitiera. Pero ahora mismo todavĆa no hay una figura alternativa a la vista. El problema es que no hay una verdadera oposición: toda la clase polĆtica ha fracasado. Ha alimentado la corrupción, el clientelismo, los grupos de poder. Y no tiene la menor intención de cambiarĀ».
Stephen Kituku, ex director de CĆ”ritas Kenia, ahora empleado de una ONG que trabaja en el este del paĆs, confirma tambiĆ©n que Ā«los jóvenes tienen motivaciones muy legĆtimas, pero la clase polĆtica no les escucha ni actĆŗa para abordar las cuestiones planteadasĀ». En el futuro podrĆan producirse protestas similares, o incluso peores, a medida que el paĆs se acerque a la Ć©poca electoral.
CrƩdito de la nota: Vatican News.