Nueva misión en RDC entre los más pobres y abandonados

En una tierra rica en diamantes y oro donde nadie se interesa por el desarrollo del país, los Misioneros Combonianos no se desaniman en la promoción del Evangelio. «Si no fuera por el Evangelio y los pobres, nos quedaríamos con gusto en casa», ha dicho el padre Franco Laudani, mccj, de 80 años, al relatar las aventuras y dificultades del viaje de Kisangani a Buta (380 km), a donde ha viajado para abrir una nueva misión en el norte de la República Democrática del Congo.

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