La mayoría de las zonas de Jartum siguen sin electricidad ni agua, agravando la ya precaria seguridad en la capital sudanesa y sumándose a la falta de otros servicios como internet y telecomunicaciones.
La organización humanitaria Lizenfo ha lanzado una alerta al informar de que un número significativo de personas se ha visto obligada a regresar a los campos de refugiados, mientras que solo algunas áreas de Omdurman experimentan un tímido regreso a la normalidad. Según ha declarado el responsable de Lizenfo, varios civiles han abandonado Jartum, la capital de Sudán, con destino a Estados Unidos tras hacer frente a graves dificultades durante el conflicto en la capital.
En este contexto de precariedad, el Comité de Profesores Sudaneses ha expresado su rechazo a la decisión del gobierno del estado de Jartum de reabrir las escuelas, considerando que esta medida representa «una amenaza directa para la vida de los trabajadores de la educación y sus familias». Además, las redes de telecomunicaciones son inestables, con cortes de internet casi permanentes. Los docentes señalan que se ven obligados a recargar sus teléfonos, con un alto costo, en tiendas que utilizan energía solar, y denuncian un grave deterioro de la situación humanitaria, junto con el aumento constante de los precios de los alimentos.
En las zonas sur y oeste de Jartum se producen detenciones de civiles, que son llevados a lugares desconocidos sin explicación. La mayoría de los mercados de barrio permanecen cerrados, obligando a la población a recorrer largas distancias hasta el mercado central para obtener alimentos y agua potable.
Crédito de la nota: Agencia Fides.