Más de 450 civiles, entre ellos 35 niños y dos mujeres embarazadas, han sido asesinados en los últimos días en «atroces ataques» en las comunidades alrededor de la ciudad de Bara: la denuncia de UNICEF vuelve a poner los focos de la comunidad internacional sobre la guerra que desde hace casi dos años y medio ha desgarrado el país africano, causando la crisis humanitaria más grave del mundo.
La región de Kordofán se ha convertido en las últimas semanas en el nuevo epicentro de la guerra en Sudán. Un conflicto que desde hace casi dos años y medio está ensangrentando el vasto país africano, desgarrado por enfrentamientos entre el ejército sudanés y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF).
Más de 450 civiles, entre ellos 35 niños y dos mujeres embarazadas, han sido asesinados en los últimos días en «atroces ataques» en las comunidades alrededor de la ciudad de Bara, en el estado de Kordofán del Norte. Esta denuncia de la directora general de UNICEF, Catherine Russell, ha vuelto a encender los focos de la comunidad internacional sobre la «nueva escalada aterradora de violencia» en Sudán, marcada por «un desprecio total por la vida humana, por el derecho internacional humanitario y por los principios más elementales de humanidad».
La ofensiva sobre El Obeid y el asedio a El Fasher
Las últimas muertes entre civiles coinciden con noticias preocupantes de que las RSF se están movilizando para una ofensiva en El Obeid, capital del Kordofán del Norte, en el centro del país. En las últimas semanas, el ejército ha lanzado algunos ataques para interrumpir los enlaces entre Kordofán y Darfur, que en muchas áreas son fortalezas controladas por las RSF. Justamente Darfur, en particular la parte norte de la región, es otro frente marcado por una nueva escalada de combates.
La capital, El Fasher, sitiada desde hace varios meses por las RSF, fue objeto en los últimos días de un ataque que habría causado varias víctimas civiles. Al menos cinco niños, como denunció un portavoz de la ONU, murieron durante un bombardeo el pasado miércoles. Y la organización humanitaria Coopi lanza la alarma: el 97% de la población de El Fasher vive por debajo de los estándares mínimos de acceso al agua.
El valor estratégico de Darfur
«Una escalada de hostilidades en el norte de Darfur y en Kordofán solo agravará aún más los ya graves riesgos para los civiles y la terrible situación humanitaria en un conflicto que ya ha causado sufrimientos indescriptibles al pueblo sudanés», declaró el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk.
La guerra en Sudán ya ha provocado la crisis humanitaria más grave de desplazados en el mundo, con más de 14 millones de personas obligadas a abandonar sus hogares. La capital, Jartum, fue reconquistada por el ejército sudanés a finales de marzo tras violentos enfrentamientos. Pero en lugar de ser derrotadas, las RSF han concentrado sus fuerzas en Darfur, donde se repite el trágico guion de masacres de hace más de veinte años.
El control de estas regiones mineras es estratégicamente importante, ya que permite alimentar el conflicto. Medio millón de desplazados en la zona, en su mayoría mujeres, niños y ancianos, están atrapados y sin vía de escape, especialmente después de la conquista por parte de las RSF del vasto campo de refugiados de Zamzam en abril.
Una crisis humanitaria desastrosa
La crisis humanitaria ha alcanzado proporciones catastróficas. Según la ONU, 30 millones de sudaneses necesitan ayuda y al menos 3 millones de niños están en riesgo de muerte por hambre. El sistema sanitario está colapsado, con el 70% de la población sin acceso a atención médica y el 80% de los hospitales casi completamente fuera de servicio.
Sudán está cada vez más agotado y fragmentado por un conflicto que ha interrumpido el proceso de transición democrática iniciado en 2019, mientras que no se vislumbran soluciones diplomáticas capaces de reabrir las puertas a la reconciliación nacional y a la esperanza para el pueblo sudanés, que sufre profundamente.
Crédito de la nota: Vatican News.